La relación con ella nunca fue buena. No tengo padre y siempre hemos estado las dos solas.
Durante mi niñez nunca me dejaba ir a los cumpleaños de mis amigos, siempre tenía que estar en mi casa estudiando y haciendo deberes, aunque no tuviera examen. Siempre estudiar y estudiar para ser la niña perfecta. Para poder decirles a los demás que su hija era la más lista. Yo lloraba mucho, quería hacer lo mismo que los demás pero jamás me escuchó, nunca se preocupo por mis sentimientos, solo por las apariencias.
En mi adolescencia fue controladora, siempre que quería salir debía mentir porque si no no podía salir de casa. También es una persona violenta tanto verbal como físicamente. Las palizas han sido algo habitual en mi vida, las humillaciones y el crecer sabiendo que no fui deseada, que jamás quiso tener hijos ella.
Me fui de casa a los 21, y ahora con 25 he tenido que volver debido a que por la crisis perdí mi trabajo. Desde que vine he vuelto a mi infierno. Me humilla, me chilla, me insulta y me llama fracasada a diario. A la gente de la calle les habla bien de mi, les dice que soy un ángel pero a mi me martiriza cada día hasta el punto en el que estoy teniendo pensamientos muy malos.
La odio con toda mi alma, cada vez que se ceba conmigo hago un esfuerzo sobrehumano para no liarme a puñetazos con ella, porque es lo único que siento. A veces pienso que o se muere ella, o me muero yo. No hay sitio en el mundo para las dos…