El día 22 fui al cine a ver con mi hija Frozen II. Antes de la peli íbamos comentando cuáles eran nuestras princesas favoritas de Disney y por qué y nuestros personajes favoritos de Frozen. Mis princesas favoritas son Brave, Mulan, Moana (o Vaiana) y Pocahontas porque son fuertes, valientes,inteligentes, buenas… y coincido con mi hija en alguna de ellas. También me encanta Olaf por su simpatía. Difícil decidir si Elsa o Ana porque las dos tienen grandes cualidades, pero en esta segunda parte me ha gustado mucho Kristoff. Él no es un príncipe y no necesita serlo porque es bueno, amable, cariñoso, simpático… Me encantó la escena en la que Ana está en plena batalla y él le dice: Estoy aquí, ¿qué necesitas? Y esa otra en la que él le dice a Ana: No importa, mi amor no es frágil.
Yo soy como Kristoff y mi hija lo es también.
Como madre soltera a veces paso por momentos duros, por batallas, a veces tenemos discusiones y claro, ser hija de una madre soltera tampoco es fácil…
Tenemos diferentes puntos de vista y somos distintas, pero a pesar de todo yo sé que ella me apoya, y yo a ella y nuestro amor es irrompible por mucho que nos enfademos (yo más) y nos queremos siempre porque nuestro amor NO ES FRÁGIL.
El día 25 volvimos a casa y nos habían robado. Habían entrado en la vivienda el día de Nochebuena y se llevaron dinero y cosas materiales. Desde entonces estoy en shock. Sé que tuvimos suerte de no volver a casa esa noche porque podríamos haberles encontrado en plena faena y también suerte de que encontraran rápido lo que buscaban y no destrozaran la casa entera. Hemos cambiado la cerradura, puesta una alarma, nuestra familia y amigos nos cuidan, pero a pesar de todo yo me siento triste, vulnerable, tengo miedo, estoy frustrada por todos los trámites: que viniera la guardia civil a casa y esas dos personas en vez de apoyarnos en una situación tan difícil es como que me echan las culpas por no haber tenido «más seguridad» en la vivienda (rejas, alarma, varios cerrojos…) y me preguntaban mil cosas a la vez, pero yo estaba nerviosa y en shock y no me creía todavía lo que me había pasado, pero ellos no tuvieron mucha empatía y no fueron amables.
Luego llamas al seguro y tampoco te ponen las cosas fáciles, y viene el cerrajero, los de la alarma y todo es un rollo. Y pones la denuncia (más de dos horas en comisaría) y hay que hacer mil trámites, dar de baja tarjetas, recoger el destrozo…
Y yo, que no puedo casi dormir, que tengo pesadillas y que lloro a ratos de rabia y frustración, me acuerdo de que soy una persona normal y corriente pero con mucha suerte porque aunque me haya pasado algo malo debo pensar más EN TODO LO BUENO, como ese ratito en el cine con mi hija y descubrir ese día que soy un poco como KRISTOFF y de que mi hija que está a mi lado, me cuida y me apoya, ella también lo es.