Hacía muchos años que no había tanto hype eurovisivo (desde Rosa de España y tal). Gracias al éxito de Operación Triunfo, este festival de la canción parece haberse desempolvado toda la fama de ranciest y a los fans ya no se nos mira como bichos raros. Poco a poco van dándose a conocer las canciones de los 42 países que van a luchar por ser los ganadores de Eurovision 2018 y, sintiéndolo mucho por Amaia (y guapa! y reina!) y Alfred, nosotras ya tenemos nuestra súper favorita.

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Quiero molar tanto como la cantante, joder. 

Netta Barzilai con su «Toy», ha puesto a Israel en el primer puesto de las casas de apuestas eurovisivas (sí, esto existe) y lo está petando fuertesito en las redes sociales. Normal, lo tiene todo: canción bailonga a tope, con claras reminiscencias folclóricas pero bien, soniditos curiosos emitidos por una cantante gorda, divina y con una actitud mamarrach que le carga las pilas a cualquiera, unos estilismos bestiales y muy coloridos (tomen nota señores y señoras de los talent shows porque este es un maravilloso ejemplo de que no hace falta ponernos puñeteros sacos para actuar) y un mensaje muy claro y de lo más empoderante: NO SOY TU JUGUETE, CHICO ESTÚPIDO. Ya está, himno WeLoversize forever.

Girl power, bodypositive, autotune, bailes de gallina y reivindicación feminista… ¿qué más se puede pedir? Pues puestas a pedir que la letra estuviera en hebrero que siempre es un must, pero bueno… Ojo que esto está al nivel de «Diva» de Dana Internacional y es posible que nos encontremos ante la próxima ganadora (¡ojalá!) de Eurovision.

Estoy deseando verla sobre el escenario de Lisboa el día de la semifinal y llevándose muchísimos puntos en la final. Porque son 3 minutos de party loca y de celebración de la diversidad; esta actuación va a ser lo más y yo ya me la he puesto en mi lista de fiesta de Spotify para escucharla en bucle mientras trabajo. Porque «Toy» es todo lo que pudo haber sido «Lo malo» pero encima con diversidad corporal.

Nada, Israel twelve points.