Muy buenas a todo el mundo, creo que es justo empezar presentándome. Mi nombre es Ana Gil, soy de Tarifa y fui concursante y ganadora de un reality de Telecinco.

No estaría escribiendo esto aquí si no fuese porque la temática de dicho reality era competir por bajar de peso. Aunque he de decir que no ganaba quien más perdiese, sino que lo elegía el público y esto jugó a mi favor. El reality se llamaba No soy pesado y se albergaba dentro de otro programa llamado Abre los ojos, que se emitía los sábados por la noche en prime time.

El nombre ya se las traía…pero entra dentro de lo que es el espectáculo.

Éramos 11 concursantes, Jesús, Kepa, Olga, Arturo, los gemelos Carlos y Mariano, Inma, Begoña, Rous, David y yo.

Sólo yo sufría de hipotiroidismo, por lo que me costó y me sigue costando mucho más adelgazar, así que la gran mayoría perdió mucho más peso que yo.

¿Perder peso cómo espectáculo?

Está claro que suele ser un formato que funciona, a la gente le gusta ver a otra gente conseguir metas para sentirse identificados y motivados, o simplemente por diversión. Pero era un espectáculo, y me costó entenderlo. Lo era de principio a fin, y no les culpo, la tele es la tele y lo que prima es la audiencia.

Nos pusieron a muy buenos profesionales a nuestra disposición, teníamos a la doctora Teresa, a Javier, a Martín, a Jessica Expósito, su hermano Jose y a Eva Campos. Pero a cambio teníamos que dar espectáculo, y de vez en cuando nos hacían hacer competiciones como correr con un pez crudo en la boca, o alguna dinámica en grupo así que luzca en televisión.

11 noviembre 2013_clip_image002

Y aunque en esos momentos no entendía muy bien esas actividades, hoy en día a casi dos años de distancia entiendo que había que venderse y todo vale dentro del espectáculo.

Cómo también lo era hacernos llevar las malditas camisetas con nuestros pesos iniciales, cosa que siempre me pareció una humillación, la verdad sea dicha.

¿Cuál fue el programa que seguisteis para perder peso?

Lo que hicimos fue una fórmula muy sencilla, a pesar de que haya recibido mil (y más) preguntas sobre cómo fue, no tengo una respuesta más clara que esta: vida sana.

No hicimos ninguna dieta milagro, de hecho yo comía mogollón, mucho más de lo que comía antes y mucho más de lo que como ahora. Pero nos obligaban a tener unos horarios muy estrictos y sobre todo hacíamos muchísimo deporte.

La dieta era muy fácil y típica, básicamente era comer proteínas y verduras, no grasas, no fritos, no hidratos de carbono… Y una media de 4 horas de deporte al día.

¿Mereció la pena exponerse?

Sí, sin duda alguna. Aprendí muchísimo de nutrición, aprendí que quien quiere puede aunque no siempre es fácil. También que aunque se pueda, no significa que sea rápido: quien diga que el que no pierde 30kg en 5 meses es un vago no es cierto, cada cuerpo reacciona de una manera.

Me di cuenta de que solo las personas que hemos sufrido sobrepeso nos entendemos entre nosotros, porque para desgracia esta sociedad aún nos tiene estigmatizados y solo entre nosotros comprendemos lo que es tener el estigma de: vago, comilón, caprichoso, goloso, sin fuerza de voluntad…. Y no es cierto. No lo es para nada.

Aprendí que la gordofobia existe, y que en las redes sociales, los institutos, y en la sociedad en general se tolera mucho más una drogadicción (por poner un ejemplo) que un exceso de peso.

Me enseñaron que quererse es algo que hay que hacer siempre, no por estar delgada me voy a querer más, no por estar gorda tengo que seguir la filosofía curvy de aprender a quererme, y sobre todo no por seguir la filosofía de quererte y aceptarte significa ser una hipócrita si quieres adelgazar.

Hay que quererse y aceptarse siempre. No podemos vivir toda la vida sintiéndonos culpables por no ser perfectas o no ser como la sociedad quiere que seamos.

Aprendí que adelgazar es una decisión propia y privada, aunque yo la estuviera vendiendo a la televisión. Querer estar sana forma parte de quererte a ti misma, cuidarte y dedicarte el tiempo que necesites para aprender que eres excepcional siendo tú misma, no necesitas seguir ningún patrón. Es un modo de vida, no una meta.

Porque no siempre estar delgada es sinónimo de estar sana, ni estar gorda de estar enferma. Encontrar el equilibrio físico y psíquico.

Pero la gente no entiende eso, la gente quiere ver resultados, y adelgazar siempre es sinónimo de éxito, te sobren o no muchos kilos.

Aprendí a rebelarme contra el mundo, ser valiente y no mirar para atrás, aceptarme con mis éxitos y mis limitaciones.

Tengo claro que no puedo perder 70 kilos en 6 meses, y mi proceso para mi es todo un éxito, aunque en dos años haya perdido como 20 kg (de los cuales 13 fueron dentro del concurso), pero sobretodo estoy viviendo una vida saludable y no estoy engordando.

Me llevé algunos amigos concursantes como Olga, todo un ejemplo de superación y de filosofía curvy. También algunos que formaban parte del equipo. Aprendí muchísimo de nutrición, de la tele, de maquillaje, de deporte….e incluso aprendí muchísimo de mi misma.

Ahora soy una mujer distinta, ya no tengo miedo a nada. Antes me horrorizaba  imaginar que alguien pudiese saber mi peso, ahora no lo escondo. No me da miedo conocer el amor de mi vida, no me da miedo viajar sola, sentirme guapa o hablar en inglés.

No me da miedo admitir quién soy, cómo soy y por lo que he pasado.

No me asusta decir que No soy pesada, ni lo fui nunca, porque aunque haya ganado un reality con ese nombre, ahora tengo alas y vuelo hacia donde yo misma decido ir.

Querernos y aceptarnos nos da alas, nos da autoestima, nos da poder.

¡¡ A quererse se ha dicho!!

Autor: Ana Gil