Hace ya casi un año que cometí el error

Me apunté como una broma, como un cachondeo para vivir la experiencia y echarme unas risas mientras me invitaban a cenar, no esperaba que me fueran a coger y menos aún, que iba a suponerme un problema en el futuro.

Cuando me dijeron que me habían cogido y me dieron todos los detalles, me hizo ilusión. Tenía que ir a Madrid, que es donde estaba el set del programa, pagaban muy muy poco (apenas lo que costaba la cena) pero te llevabas la experiencia. Así que acepté.

Conforme fue avanzando el tiempo y acercándose la fecha, empecé a arrepentirme. Me entraron los nervios y todas las inseguridades. ¿De qué iba a hablar? ¿Qué me iba a poner? ¿Hacía falta ir a la peluquería? Y vete a saber con que pieza me ponían en la cita, porque en algunos capítulos lo que aparecía allí era digno de estudio.

Estuve a punto de echarme atrás y de verdad que debí haberlo hecho, debí hacer caso a mi instinto y retirarme, pero pensé que solo eran nervios y para Madrid que me fui.

No quiero deciros mi nombre ni muchos detalles de la cita para que no me busquéis. Pero sí que os aseguro que la cita fue un desastre. El chico, por llamarlo de alguna manera, no me gustó de entrada, pero es que además resultó ser un bocas que me hizo varios comentarios muy fuera de lugar y con el que me tuve que poner seria y contestarle seca.

No funcionó, él lo sabía, yo lo sabía, el presentador lo sabía y todos los que vieran el programa lo iban a saber.  

Cuando el programa salió, mi grupo de amigos y yo nos juntamos como si fuera un partido de fútbol. Después de todo lo que les había contado, teníamos muchas ganas de verlo y reírnos. Vaya leche me pegué.

El montaje que hicieron en el programa me hizo quedar como una borde que estaba machacando al chaval. Parecía que yo vine enfadada desde el principio y que juzgué mucho al chico. Pusieron varios planos de que yo lo miraba como si fuese un monstruo, junto a efectos de sonido de decepción y caras del chico confuso. En las entrevistas pusieron los trozos donde yo solo me quejaba y en cambio los suyos, eran de él diciendo que no entendía por qué yo estaba tan resentida.

De verdad que la realidad no fue así para nada. Me dio muchísima rabia y vergüenza al pensar que todo el mundo iba a ver eso.

Mis amigos me consolaron diciendo que esto a los dos días ya estaba olvidado y que no me preocupase, pero se puso mucho peor.

Un Youtuber al que no voy a dar publicidad, famoso por ser un “gurú” del fitness, ser gordófobo y comentar capítulos de First Dates, eligió ese programa e hizo un video MUY ofensivo y manipulado, del que luego salieron muchos memes y se hizo bastante revuelo.

Si la gente no había visto el capítulo, había visto los reels y los clips de youtube de este estúpido. Todos tenían esas versiones tan distorsionadas de cómo pasó todo realmente y me empezó a dar mucha vergüenza salir a la calle.

Mis amigos me apoyaron mucho y me insistían en que pasaría más rápido de lo que creía. Pero me obsesioné. Me pasaba el día mirando las visitas, los likes, los comentarios y todo lo que tuviera que ver con el material que se había hecho a mi costa.

Cada día estaba más amargada y triste, incluso me pedí una semana de baja por ansiedad. Estaba harta de recibir mensajes de la gente que me había reconocido y me preguntaban, o directamente el enlace al video de turno. No podía más y no sabía cómo gestionarlo, así que me desinstalé todas las redes posibles y esperé a que el tiempo pasara.

Al cabo de los meses, la cosa se tranquilizó y decidí empezar a salir otra vez. Para mi desgracia, muchas personas me reconocían y se acercaban a hablar conmigo, una vez una chica incluso me pidió una foto. Mi Tinder estaba desértico y los que me hacían match enseguida me preguntaban si yo era esa chica. A lo que yo ya no sabía si mentir o huir hacia adelante.

Fue muy duro, la verdad. Y todo por una cita horrorosa que se había montado mal expresamente solo para generar precisamente eso, conflicto y visitas.

Me planteé hacer un video hablando de esto, pero luego pensé que sería darle más bombo y lo dejé pasar. No iba a resolver nada y serviría para volver a hacer que la gente hablase de eso.

Por suerte, mis amigos tenían razón y al cabo de un par de meses más, ya nadie se acordaba y hasta yo pude empezar a reírme del tema. Si alguien me preguntaba, se lo contaba con naturalidad y no le daba importancia. Todo empezó a ponerse en su sitio y por fin pude volver a mi vida como era antes de la fatídica decisión.

Desde entonces, no soporto First Dates ni los programas de ese formato. Tampoco me fío nada de lo que veo y siempre me pregunto cuál será la realidad detrás de ese montaje que nos enseñan, y me sabe mal pensar que hay una persona que después de esos episodios, podría estar sufriendo como me pasó a mí.

Ir al programa no me compensó para nada, y si tengo que daros un consejo, sería que os lo penséis muy bien antes de exponer vuestra imagen.

Anónimo