A veces, los eventos más importantes de nuestras vidas, llegan sin avisar. A veces, lo que menos estamos esperando, ocurre, dejándonos sin respuestas.

Y nos llenamos de rabia e impotencia, porque no sabemos qué hacer ahora que el mundo se tambalea frente a nuestros ojos.

Hace tan solo unos días, Puerto Rico, la isla en la cual vivo, se vio amenazada por un huracán de los que no ocurren todos los años. Categoría 5, llamado Irma, lo más fuerte nos esquivó por poco, pero aún así las ráfagas que nos alcanzaron dejaron partes bastante destrozadas. Causó una destrucción incalculable en islas como Barbuda, St. Thomas y St. Marteen, dejando a cientos de personas y animalitos sin casa, sin comida y con muchísimo miedo. De igual manera, unos días atrás, otro huracán denominado Harvey arremetió contra Texas, dejando muchísimas zonas completamente inundadas y causando pérdidas de gran valor material y sentimental para un sinnúmero de individuos.

Y todo ello me llevó a pensar en otro tipo de huracanes que a veces azotan las vidas de todos nosotros, incluso de aquellos que no viven en zonas con riesgo de catástrofes como esta. Son esos fenómenos que llegan con sólo unos días de aviso, que nos pillan por sorpresa y arrasan con nuestras emociones y sentimientos, dejándonos drenadas, confundidas, heridas. Te hablo de una muerte inesperada de un familiar, de un rompimiento que no venias viniendo, de una despedida del trabajo de tus sueños, o de cualquier otro evento que te haya roto los esquemas.

Te hablo de esos sucesos que te han dejado tirada en la cama, preguntándote por qué ahora, justo ahora, tiene que estar sucediendo esto. Te hablo de los días en los que todo el mundo te dice que rebajes, que no te sienta bien lo que llevas puesto, que tu salud es primero –pero obvian tu salud emocional y mental, y el valor que tienes como persona al margen del físico, y te dejan hecha una mierda.

Te hablo de esos días en los que solo quieres llegar a casa, encerrarte, y no salir nunca más.

Tu autoestima destrozada, los objetivos por los que tanto has luchado en el suelo, y una hilera de sueños derribados y metas aplastadas como prueba de la fuerza del impacto.

Y yo quiero que sepas que si estás en ese lugar, yo también lo he estado. No estás sola, y vas a salir de esta.

Tu fuerza interna es más grande de lo que imaginas.

Tal y como la es la de los cientos y miles de afectados por Irma y Harvey hoy.  

A pesar de que la vida muchas veces arremete contra todxs nosotrxs, y nos deja en el suelo preguntándonos de donde sacaremos el coraje para luchar contra nuestras circunstancias, hay esperanza. Siempre la hay.

Y si podéis aportarle un poco de esa esperanza a los miles de afectados por estas dos catástrofes, aquí tenéis unas cuantas formas para hacerlo. Todos estos enlaces aparecieron en el New York Times, en el siguiente articulo (https://www.nytimes.com/2017/09/08/us/hurricane-irma-help-donate.html?mcubz=1) y son de organizaciones muy fiables. Podéis estar seguros de que vuestro dinero llegara al lugar correcto a través de estos medios:

Irma:

https://www.globalgiving.org/projects/hurricane-irma-relief-fund/

https://secure2.oxfamamerica.org/page/content/emergency_hurricaneirma/

Para nuestros amigos peludos también afectados por el huracán:

https://secure.aspca.org/donate/2017-web-irm-res-fir-T1-P1

https://support.bestfriends.org/site/Donation2;jsessionid=00000000.app293a?df_id=2381&mfc_pref=T&2381.donation=form1&NONCE_TOKEN=151698985C1C5779359382A2ECC419B3&_ga=2.68341266.2083330135.1504980586-1003358981.1504980586

Harvey:

https://www.redcross.org/ns/apology/disaster_homepage.html

https://www.savethechildren.org/site/c.8rKLIXMGIpI4E/b.6115947/k.8D6E/Official_Site.htm