Hay días que todo te sale mal. No te suena la alarma. Vas a la ducha y ¡oh! ¡sopresa! NO HAY BUTANO. Y te duchas cual princesa Frozen pero del chino. Cuando te vas a hacer el desayuno no hay leche, las naranjas están pochas y el pan duro.

Cuando llegas a la parada del autobús lo ves irse a lo lejos y jurarías por lo más sagrado que el conductor se va riéndose de ti.

Al llegar al trabajo o a clase, lo que toque, porque eres pobre y no te da la vida te das cuenta que llevas la camiseta del revés y una mancha en el pantalón. Y no contentos con eso, llevas las ojeras como bata de cola de la más grande y algo entre los dientes (que nadie te ha dicho que lo llevas en estas cuatro horas). Para colmo te das cuenta de que te está saliendo algo parecido al Teide en la cara. Bien. Para seguir con este fantástico día te ponen de pareja con el compañero más cuñado que haya en la sala a terminar trabajos y te deleita con un ameno discurso sobre Cataluña y su “Yo no soy de nada, yo soy de centro”. BIEN.

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Llegas a casa y sigues con tu firme propósito de hacer dieta. Pones la tele y han quitado Los Simpson (DRAMA NACIONAL). Tu madre se pasa por el forro lo de la dieta y te ha hecho sus buenas patatas fritas con huevo. No te enfadas porque ser gorda es un sentimiento y porque de tu madre hay que comérselo TODO que para eso te ha criado. Cuando acabas de comer evitas tomar postre (por compensar). Vas al baño disimulando porque te ha dado la madre de todos los retortijones y no sabes si vas a cagar o a parir. Entras al baño, te sientas en el trono de Roca (El trono de hierro de la gente de a pie) Y ¡oh! ¡Segunda sorpresa! Has ganado el doblete antes que el Madrid, retortijón y tu amiga la de rojo. NO PUEDE IR MEJOR EL DÍA.

Piensas en echarte una siesta de esas de sábana marcada en la cara y baba en la almohada (porque las mejores siestas se echan EN LA CAMA) para huir de tanta felicidad y buen rollo que lleva el día. Suena el móvil. Tu mejor amiga llora. Llora mucho. Pelea con el novio. Felicidades, te llevas este marrón que no has buscado y un fuerte aplauso del público. Quedas con ella y no lleva dinero porque ha salido de casa con lo puesto. La invitas a tomar algo. Llora. Llora. Insulta. Llora. Y así. Tras tres horas con cara de pañuelo extra suave lo arregla con su pareja. Felicidad. Cohetes. Purpurina. Tu útero también se alegra porque tira cohetes dentro de ti. GENIAL.

Llegas a casa buscando amor. Pones first dates. Te deprimes. Quitas first dates. Llega tu novio. Dame amor. Se baja el pantalón. De ese no que no puedo. Eres muy pesada. Y tú muy tonto. Siempre lo pagas conmigo cuando tienes la regla. No le eches la culpa de todos tus errores a MI REGLA. Pelea. Pelea. Echar mierda de años atrás. Pelea. Receso para cenar. Un yogur desnatado que esta mañana me he pasado. Pelea. Pues me acuesto. Yo también. Me voy a tomar un ibuprofeno para el dolor. No hay. Voy a beber agua. Y de paso me como un poco de la tableta de chocolate que necesito azúcar. Te acuestas. Se te ha olvidado poner la alarma, pero no te vas a dar cuenta hasta mañana cuando no te suene y vuelvas a llegar tarde.

Pues… podría ser peor ¿No?

La Ninfa