Pues tengo un problema tocho que no sé cómo solucionar, pero voy a intentar describirlo con un poco de gracia y emoción vital porque PASO de llorar (más).
Sabéis cuando (en mi caso las pocas ocasiones en las que me obligaban) en el colegio te escogían la última (o el último, qué más dará, aquí hay para todos) para jugar al fútbol? A mi me la pelaba un poco porque, joder, estaba (estoy) gorda, no jugaba (no juego) nunca al fútbol y tenía (tengo) muy mala ostia, era lógico, pero qué putada ahora que lo pienso. Es probablemente una de las cosas que me ha ido preparando toda mi puta vida para este complejo de inferioridad tan grande que tengo ahí en el fondo del cerebro y que no me había dado cuenta de que es el culpable de ciertas cosas que me ocurren cada vez que quiero hacer algo y no lo hago o viceversa. Y con esta cabeza tan enorme que tengo pues hay espacio para que campe a sus anchas y yo no lo vea.
Pero, tranquis, que como ya me he dado cuenta de que me pasa eso es un poco más fácil intentar quitármelo de encima poco a poco y con esfuerzo.
…madre mia, eso sí que es gracioso. JÁ.
Resulta que una chorrada como un templo, digna única y exclusivamente de encerrar a una adolescente sobrehormonada en su cuarto una semana a llorar, ha desatado a la bestia. Que se trataba de escoger y no me han escogido a mi y me ha sentado fatal emocionalmente. Aunque le había dicho al señor de los focos vitales que me apuntara sólo a mi y me había hecho yo unos neones maravillosos con flechas que ponían «YO, TÍO, ESCÓGEME A MI QUE MOLO UN MONTÓN AUNQUE MI SUBCONSCIENTE NO LO CREA PERO EN SERIO QUE YO CREO QUE SÍ», no me han escogido a mi. Y he pasado a vivir en un estado en el que creo que mi vida es un partido de fútbol del colegio permanente. Que me escogen la última si eso y me dicen que me quede en un rincón, que me tienen de reserva por si les falla alguien pero ya en caso de muerte y disolución total de sus restos porque aún podrían jugar con el cadáver en plan marioneta (qué puto asco. Lo siento por la imagen). En todos los aspectos de mi vida en los que alguien debería escoger entre varias personas en las que estoy yo, nunca soy la mejor opción.
Y así quién coño deja de hacerle caso al okupa cerebral que dice que no me lo merezco? Joder, que le dan la razón todos los azares del universo. Quién soy yo para restar importancia a los azares del universo, hola?
Total, que no sé qué hacer, que no sé cómo dejar de lloriquear por mi pobre yo por las esquinas. Ya lo he dicho, de verdad creo que molo bastante y no soy un ser horrible, pero HOLA PUEDE VERLO ALGUIEN MÁS A PARTE DE YO y mis amigas a las que quiero con toda mi alma pero, joder, son mis amigas, si pensaran otra cosa no lo serían?
Y ya. Esto era. Socorro.