Buenas. Llevo un tiempo queriendo escribir mi experiencia pero no me había animado hasta ahora. Empiezo.
Soy una chica de 18 años que hace unos meses tomó la decisión de empezar a cuidarse y, fruto de esto, ahora peso casi 30 kilos menos. Y estoy harta, pero hartísima, de que cualquier persona que me vea suelte comentarios del tipo «Qué delgadita te estás quedando, muy bien.», «Uy, pero qué guapa estás ahora». ¿Ahora? Perdona, yo estaba guapa antes y ahora.
Y esto duele e indigna mucho más cuando viene de tu propia familia. No recuerdo la de veces que mi madre estas Navidades me ha visto coger un dulce navideño y me ha soltado un «Contrólate, no vayas a recuperar todos los kilos que has perdido.» cuando no había cogido ni uno solo en todo el día. He pasado unas fiestas realmente malas por culpa de todo esto. Por culpa de que todas las miradas de la mesa fueran hacia mí para controlar absolutamente todo lo que comía y lo que no. Y os puedo decir que en nochebuena cené un par de gambas y algo de jamón. Literal. Y ahora que lo escribo y me paro a pensar, no debería de haberme importado una mierda y tendría que haber disfrutado al máximo, pero la presión era tal que fui incapaz.
Luego, mi abuela diciéndome cada vez que me ve «Pero qué tipito, estás mucho más guapa, sigue así.». Y demás familiares y gente conocida con cosas del tipo «Procura no volver a engordar, que estás muy guapa» y más mierdas de ese estilo. Y sí, son mi familia y se alegran de que me esté cuidando y blablabla, pero me están dando a entender que yo antes daba puto asco, que ahora es cuando estoy bien de verdad y que tengo que obsesionarme con mi peso. Pues mira, no. No quiero obsesionarme con mi cuerpo, no quiero pasar hambre porque a la gente le apetezca, no quiero ser lo que la sociedad considera perfecto, solo quiero disfrutar. Y esto es lo que tanto me enfada.
También está la típica gorda que se niega a ser gorda porque incluso ella misma piensa que serlo está mal y que cuando te ve, te mira con desprecio y asco, se te acerca, te felicita y te pregunta que qué has hecho para adelgazar. Le respondo «Realmente nada, solo comer mejor y cuidarme.». Y a continuación suelta un «Ah, qué bien.» seguido de la sonrisa más falsa jamás vista. Chica, quiérete y deja de desear ser otra persona y de odiar a otras por su físico, por favor.
Pero no todo son halagos al haber adelgazado. No. Justo ayer me encontré con una mujer que, con toda su cara, me dijo «No te pases adelgazando, que tampoco queda bonito estar muy delgada.». Pero vamos a ver, ¿en qué quedamos?. Yo con mis kilos de más me veía estupenda por mucho que me dijeran lo contrario (aunque esto no siempre ha sido así, como nos pasa a todos) y está claro que ahora también me veo genial, pero no sé muy bien qué pensar de la gente. Todo esto me hace darme cuenta de que aún se piensa que los típicos estereotipos que estamos cansados de ver son la «única y verdadera belleza» y que nos queda mucho para hacer ver que cualquier cuerpo es precioso sea como sea por el simple hecho de existir.
Aunque también he de decir que han habido ciertas personas, como mis amigos y mi novio, que han sabido decirme que se alegran mucho por mí dejando claro que soy maravillosa con kilos de más o de menos y sin recordarme que estoy más delgada cada vez que me ven y a los que les estoy tremendamente agradecida.