¡Advertencia: Mensaje kilométrico! Abróchense los cinturones.
Gracias por vuestras respuestas. Son muy interesantes. Parece que mi mensaje ha dado lugar a malentendidos, y, pensándolo bien, no era difícil de imaginar. Como decía, dije que soy atractivo porque creo que es esencial para entender la historia y sobre todo cómo se siente María (nombre ficticio). Vuestras respuestas dejan claro que no me he explicado bien. Laura me dice que creo que estoy «to buenorro» y que ella “se siente intimidada por mi físico”. Olatz que creo que estoy «mejor que ella». Myriam que soy un «chico macizorro». Alejandra que creo que “el atractivo soy yo” y que soy un «tío de gym, escuálido o atractivo según los dichosos cánones». Espepop dice que el físico no lo es todo. Kaswii resume todo diciendo que parezco creído.
Voy a intentar aclararlo. Cuando digo “el hombre atractivo soy yo”, quiero decir que en este hilo hablo de mí mismo, que no hablo de un amigo, ni es un caso hipotético, ni nada por el estilo. NO quiero decir que ella no sea atractiva, o que ella sea menos atractiva que yo. ¡Todo lo contrario! Parece que elegí bastante mal mis palabras. Pido disculpas. Cambiaría el mensaje original, pero la página no me deja.
Parece que todas habéis entendido que atractivo significa que tengo un cuerpo de gimnasio, abdominales de tableta de chocolate y tal. Gordis mías, hay mil cosas que hacen que una persona sea atractiva, el físico es sólo una de ellas. Cuando he dicho que soy atractivo no estaba hablando de mi físico. Y no creo que un físico de gimnasio sea más atractivo, de todas formas. Para bien o para mal, el mío no lo es, desde luego, como parece que ya ha descubierto Anonimo1986, nuestra detective digital. Mientras nuestra detective prepara un informe más detallado, os hago un resument: Mido 1.72 y creo que peso unos 75 kilos (digo «creo» porque hace años que no me peso), o sea, que no llego a estar gordo, pero ahí le anda. La última vez que fui a un gimnasio fue el siglo pasado, literalmente, y duré dos meses. Recientemente alguien describió mi barriga como «un balón de fútbol» (un poco exagerado, pero os hacéis una idea). Cuando voy a la piscina suelo sentirme un poco acomplejado por mi cuerpo, aunque tampoco es algo que me quite el sueño. Me considero tirando a guapo, pero tengo la nariz torcida y desde luego no soy ningún Brad Pitt.
Así que no, ni tío de gym, ni macizorro, ni nada remotamente parecido. Cuando digo que soy atractivo quiero decir exactamente eso: que atraigo. Que las personas, hombres y mujeres, se sienten atraídas hacia mí, que les gusto, que ven algo en mí que les atrae. Ese «algo» es que he sufrido en mi vida más de lo que os podáis imaginar, y en vez de odiar al mundo, como suele ocurrir con personas en situaciones parecidas, he decidido amar e intentar hacer cada día el mundo un poquito mejor. De una forma u otra, eso la gente lo nota, en mis ojos, en la expresión de mi cara, en lo que sea, y les gusta. De hecho, la propia María ya me lo ha dicho, y sólo hemos hablado un par de veces. Eso es lo que quiero decir cuando digo que soy atractivo.
En cuanto a ella, es un pibonazo, una verdadera preciosidad. Ni yo estoy mejor que ella, ni el atractivo soy yo, ni nada por el estilo. Pero vivo en el siglo XXI y soy consciente de que, por muy pibonazo que sea, es muy difícil para una mujer gorda sentirse segura con los hombres. He tenido una novia con un físico similar durante muchos años, sé de lo que hablo.
Aclarado eso (creo), respondo a lo demás que me habéis dicho:
Myriam y Claudia, me han encantado vuestros mensajes. Me he quedado un rato pensando en esto: “siempre pensamos que ese tipo de tíos, van solamente a humillarnos, y que solamente quieren a divas que estén buenas”, hasta que se me ha encendido la bombillita. Creo que ahí, Myriam, le has dado. Me he imaginado esta situación: Estamos en el instituto, el “macizorro de la clase” se acerca a la gorda, la gorda se ilusiona muchísimo hasta que ve al macizorro enrollándose con la “diva” y se entera de que el “macizorro”, la “diva” y sus amigotes se estaban riendo de ella. Supongo que muchas mujeres gordas han sufrido experiencias de ese tipo (yo las he sufrido como chico en el instituto) y les queda marcado. Creo que esa idea me ayuda a entender un poco mejor el puzle. Pero sigo sin tener claro del todo qué hacer al respecto. Lo que me dicen en otros mensajes lo tengo claro: Paciencia, hablar con ella, dejarle que se tome su tiempo para entender que me gusta y que no le estoy tomando el pelo ni historias parecidas. Pero ya seguí esa idea con la otra mujer de la que hablaba en este enlace (vamos a llamarla Carmen) y no funcionó. Así que me da que aún se me escapa algo importante…
Ricitos, me dices que lo deje fluir, pero no me parece que sea tan fácil. Con Carmen el problema era que yo veía a un pibonazo y ella veía algo completamente distinto (palabras de ella). Dejarlo fluir está muy bien cuando las dos personas ven más o menos lo mismo. Si lo que ven es completamente distinto, hace falta que una de las dos se esfuerce por ver lo que está viendo el otro. Y como de momento no creo que María vaya a ver lo que veo yo, me quiero esforzar yo por ver lo que ve ella.
Bea: Me escribes un mensaje precioso, ¡muchas gracias! Pero como decía antes no creo que sea más atractivo que ella. Ella es un pibonazo y un encanto de mujer (lo cual también es muy atractivo). Lo que me preocupa es que ella pueda sentir que no es lo bastante atractiva, no que no lo sea.
Lucía: ‘¿por qué no se lo preguntas directamente? Dile algo de buen rollo… en plan “bueno, sólo pretendía conocerte, pero veo que no hay mucho interés…”’ Realmente no es eso lo que le quiero preguntar. Como dices, el interés es evidente. Lo que me interesa es que parece que puede más la inseguridad que el interés en mí, y no sé qué hacer al respecto. Pero como le pregunte sobre eso no me vuelve a hablar en la vida.
Paula: Hablas de mi ego y me dices que me baje de la nube. Me gustaría tener un ego de esos, debe estar muy bien. Desgraciadamente, mi autoestima, que está varios kilómetros por encima de donde ha estado casi siempre, sigue varios kilómetros por debajo de lo que es sano. Sí, sé que muchas mujeres se sienten atraídas hacia mí, y eso es estupendo para mi autoestima. Pero hay cosas mucho más importantes en la vida, y mi autoestima anda flojita en varias de esas cosas.
Laura, me preguntas si me he planteado que no atraiga a María. Sí, me lo planteo con todas y cada una de las mujeres que me interesan, por muy evidente que sea. La mayoría de mi vida mi autoestima ha sido una mierda, y sólo ha mejorado en los últimos años. Con mi subida de autoestima llegó mucho interés por parte de las mujeres (y los hombres), pero después de pasar media vida con la autoestima por los suelos, de sufrir burlas y humillaciones por parte de mujeres insensibles, etc., me sigue costando creer que las mujeres se interesen de verdad en mí por muy claro que lo dejen.
Elena, dices que es feo que trate a todas por igual solo por el mero hecho de tener sobrepeso. Sobrepeso significa exceso de peso. María está gorda, estupendamente y maravillosamente gorda, gordibuenísima, como decimos por aquí. Desde mi punto de vista no tiene ningún exceso, como no sea de atractivo físico. Es cierto que suelo tratar a las mujeres gordas de forma distinta a cómo trato a otras mujeres. Mi comportamiento con las mujeres depende mucho de lo que transmiten. Si lo que me llega es «estoy buenísima de la muerte y todos los tíos pierden el culo por mí» lo primero que hago es bajarle los humos. Pero cuando hablo con mujeres gordas el mensaje que me llega suele ser más bien «me siento muy insegura y no creo que puedas interesarte en mí». En esos casos intento que ella se sienta cómoda y entienda que no tiene por qué sentirse insegura. Así que, efectivamente trato a las mujeres gordas de forma distinta. Pero no creo que sea feo tratarlas así.
Marina: «Lo dice una talla 44-46». Como tío que soy, hablarme de tallas femeninas es hablarme en chino, así que me he metido en Google Images y he buscado «talla 46». ¡Dios mío, qué alegría para la vista! Eso son mujeres de verdad, y lo demás son tonterías XDDD
Kaswii: “sorprendela, curratelo un poquito. Dile cosas bonitas, preocupa te por ella”. Pues igual me he pasado con tu consejo. Acaba de compartir su foto de Whatsapp (antes la tenía oculta) y le he dicho esto, que, por cierto, es completamente sincero: “Pues me he acojonado con esa foto. Recuerdo que eres preciosa, pero no TAN impresionante. El día que quedemos para el café intenta ir muy mal arreglada, que como te vea así me asusto y salgo corriendo.” Tardó una hora en contestarme (me dio las gracias, eso sí).
Inés: «No le escribas cada 2 días. Proponle planes neutros que le apetezcan como amigos. Y así, sin presionar…quizas en unos meses te haya cogido cariño y te de una oportunidad.» En eso ando. De momento le he dicho de ir a tomar un café, y me ha dicho que sí, pero más adelante.
Maryjoe: «me gusta tu forma de escribir, y estoy dispuesta a entablar conversación contigo». ¡Gracias! :) Y yo contigo. Pero espero que no lo digas por mi supuesto cuerpo de gym, porque como sea por eso lo llevamos crudo XDDD
Águeda: «me gusta un tío por el simple hecho de ser atractivo y me pide el teléfono al mismo conocernos y te aseguro que no se lo doy». Vaya, qué lástima. Puedes estar perdiendo la oportunidad de conocer a hombres maravillosos.
Olatz: No creo que nadie diga que María no sabe lo que quiere. De hecho, no me ha rechazado en ningún momento. Lo que yo creo, y me ha parecido que otras mujeres que han respondido también, es que puede sentirse demasiado insegura para ir a buscarlo.
Espepop: “esa no es la actitud <soy un tío atractivo y me cuesta que los gordi buenas crean que estoy interesado en ellas>”. No es una actitud, es un problema. Un problemón, de hecho. ¿Qué tiene de malo que os pida consejo para resolverlo?
Piquerol: ¡Olé tu mensaje y olé tú! ¡Olé y olé y olé!