Si los lunes de por si no son fáciles, ayer fue uno de los días más complicados del 2018. Al menos para mí.
Lo justo es poneros en antecedentes, y es que nunca he tenido mucho amigos (ninguno en el colegio, mi bachillerato consistía en estudiar y salir con mi única amiga y que era de otro instituto) pero cuando se presentó la oportunidad de empezar la universidad, la empecé con ganas, con ganas de cambiar de vida y la promesa de ser más extrovertida.
Y así empezó el año; conocí a un grupo de personas bastante simpáticos y creí que todo iría bien, pero no fue así. Por temas de yo dije, tu dijiste etc, deje de llevarme con ese grupo o al menos con algunas personas de él. Aquí entra el señor X; un señor de este grupo que aunque tenía que ver con este correveidile, me dijo que el pensaba que yo era una buena persona y que podríamos llegar a ser amigos además de que le gustara trabajar conmigo.
Total, que llevando toda mi vida viviendo decepciones y pérdidas de grupos y amigos similares, me digo «hay otras personas, no nos cerremos» y así lo hice.
Tres chicas la mar de simpáticas y frikis con las que salir (mi mejor amiga estudia en Madrid y estábamos llevando la distancia fatal) y con quiénes estar en clase, todo arreglado pensé. Pero ayer me dijeron, después de un inicio de cuatrimestre donde estaban raras conmigo, no me hablaban etc; que las agotó, que no les gusta mi forma de ser. Y claro, yo me vengo abajo.
Entre los llantos y el preguntarme que puedo haber hecho mal, mi amiga me plantea sí creo que se han aprovechado de mí, de mis apuntes; y repasando tanto el detonante (apuntes conjuntos en los que no me dejan participar) como una gran parte de la relación y el inicio de esta (un Drive en el que compartíamos nuestros apuntes) me doy cuenta de que la única que subía cosas (hechas por mi misma y no del consejo o de años anteriores) era yo, que las conversaciones siempre derivaban al mismo punto, que les explicará, subiera los apuntes de esto, que si tenía los ejercicios de practicas…y si bien el el señor X ya me lo advirtió «Ten cuidado con lo que pasas y lo que no, que no se aprovechen de ti…» No sé si me autoengaño y los demás me consuelan con esta idea o si llevamos razón en esto, y han hecho conmigo lo que han querido…
El jueves tengo cita para hablar con mi Psicóloga, verdaderamente me planteo si soy una persona tóxica o que repele la amistad. Cabe decir que mi hermano, tras escuchar la historia, coincidía conmigo, al igual que mi psicóloga a quien he tenido oportunidad de comentarle está crisis mediante mensaje.
Verdaderamente tengo un lío mental de aúpa: por un lado está bien, me he quitado a tres sanguijuelas si estaban solo por interés, pero me siento un poco sola (no en clase, al menos, al contrario que en años anteriores tengo con quien hablar de cuando en cuando) y además empiezo a plantearme si verdaderamente soy una persona tóxica y «mala» o si soy simplemente alguien con mala suerte y muy poco percepción para calmar a los demás,así como con mucha inocencia.
P.d: arregle las cosas en Navidad con mi mejor (y única?) Amiga, ahora estamos bien. La falta de comunicación…me he atrevido a diversificar y meterme a unos intercambios de idioma en una cafetería de la ciudad (si me cogen, que cruzó los dedos!) Y atreverme a preguntar para salir a amigas de mi amiga y con quienes salíamos en verano pero perdí el contacto. Suelo ser muy tímida y me cuesta tener iniciativa para este tipo de cosillas…