3 COSAS QUE SEGURAMENTE A TI TAMBIÉN TE HAN PASADO EN LA CENA DE NAVIDAD

Se acercan las temidas fiestas de Navidad. Para algunas personas con una salud mental fuerte son fechas de disfrutar de la familia, de los momentos en casa comiendo dulces…pero para muchos adultos estos días es un auténtico suplicio. Tienes que reunirte con familiares que solo ves de año en año, te independizaste pero vas a pasar más horas con tus padres de lo que lo hiciste cuando vivías con ellos, vas a dejarte tu tísica paga extra en comprar regalos innecesarios, y un largo etcétera.

Pero como tenemos que ponerle un poco de humor a este drama navideño vamos con las tres cosas que seguro que has tenido que vivir en estas fechas familiares.

La primera y el gran clásico de estas fechas es el familiar garrapata (generalmente un cuñado). Los llamo garrapata porque se te pegan, te chupan tu energía y las ganas de vivir y cuando están saciados se despegan y buscan otra presa para fastidiarles la existencia. DA IGUAL cómo vivas, con quien, la ideología política que tengas, la religión que profeses…siempre estará MAL. Van a debatirte absolutamente todo, porque en un alarde de su sabiduría infinita te harán saber que tu ignorancia no tiene límites y que claramente no sabes vivir tu propia vida. Estos molestos rasgos de su personalidad se acentúan con los efectos del alcohol (mantener fuera del alcance de la botella de vino, que como lo ha traído él, es de una calidad solo comparable a la de su ego).

La segunda cosita que seguro que habrás tenido que sufrir es la de tener que enfrentarte a tu dura vida sentimental. Llegados a este punto tienes dos opciones, si tienes pareja estable y ha asistido a la cena os van a acribillar a preguntas del tipo “ya estaréis pensando el casaros, ¿no?”, “¿cuántos niños vais a tener?” y otro tipo de perlitas que ni al mejor policía se le hubiese ocurrido preguntar en un interrogatorio. Sin embargo, si no tienes pareja la situación será mil veces peor porque empezarán a cuestionarte por estar soltera a tu edad, querrán emparejarte con todos los solteros a su alcance, recordarán que hace meses te vieron por la calle con un chico y harán un diagrama con la posible relación que tengas con él…en estos casos la mejor solución es tener como aliado esa botella de vino de tu cuñado y aguantar el chaparrón.

Y por último, el clásico del outfit que vas a ponerte esa noche. Si la cena es fuera de tu casa la solución es fácil, te vistes como si fueses a irte de fiesta hasta el amanecer, aunque a las 11 de la noche estarás deseando irte a dormir. Según vas cumpliendo años persigues la comodidad como si te fuese la vida en ello y ya no llevas esos taconazos de mujer fatal o dejas la faja en casa, porque total, estás con la familia. Pero si la cena es en tu casa viene el gran dilema, vestirte como un ser adulto decente y funcional o pasar del mundo y vestirte con tu mejor chándal. Podría hacer un gran discurso sobre esto, pero todas sabemos que acabarán vistiéndote como un ser normal porque tu madre va a ponerte esa mirada de, haz lo que quieras siempre que me parezca bien a mí, y acabará poniéndote la camisa de todos los años.

Sea como sea amigas, disfrutad de las fiestas como podáis y pensad que solo es una vez al año (por suerte).

 

Lara Cuéllar