5 COSAS QUE TAMBIÉN TE PASARÁN SI ERES LA SOLTERA DEL GRUPO

Sin duda, ser soltera tiene sus cosas malas y buenas, pero si hablamos de estar soltera con 30 años en tu grupo de amigas, la cosa cambia sustancialmente. Ya has llegado a esa edad en la que tus amigas empiezan a casarse (si no lo han hecho ya), a tener niños, o simplemente llevan toda la vida con su pareja. Y tú eres la típica amiga que parece tenerle alergia al compromiso, o eso creen ellas.

Si este es tu caso, querida, seguro que te vas a sentir identificada con estas cinco cosas que seguro que te han pasado pero que callas.

La primera y creo que la más típica es cuando una de tus amigas te suelta la frase “tengo un compañero de trabajo que seguro que te encanta, sois muy parecidos y también está soltero como tú”. La primera reacción que te saldrá la tienes tan estudiada que tu amiga no notará lo que estás pensando y menos mal porque estás a punto de cometer un delito, pero sabes de sobra que el traje de presa no te favorece. Tu amiga no lo hace con mala intención, pero no entiende que no necesitas que te junten con todas las personas solteras de la ciudad, que no lo has pedido, y que seguramente su compañero tengo 40 años, viva con su madre y la comida más elaborada que haya preparado sea unos macarrones a la boloñesa de la sección de precocinados. 

La segunda situación que seguro te ha pasado es cuando se hace algún acto importante dentro de tu grupo de amigas (cumpleaños, bodas, bautizos…) todas irán con sus respectivas parejas, y en un acto de altruismo inesperado se preocupan por qué será de ti, tienes que ir sola o buscarte algún acompañante, porque la idea de que puedas ir sola y tan a gusto ni se contempla. Te consideran una mujer empoderada pero no mucho.

Otra cosa que te habrá pasado mil veces es aprender a estar en silencio durante mucho tiempo como si hubieses hecho voto de silencio. En las reuniones de amigas, ellas hablarán insistentemente sobre lo maravilloso que es su vida en pareja o sobre sus crisis románticas, pero tú, cielo, solo puedes aportar el silencio porque estáis en etapas de la vida completamente opuestas. No tienes vínculo emocional nada más que contigo misma (que bastante es) y no tienes que compartir espacio vital con ningún otro ser humano.

Esta situación, lleva irremediablemente a la siguiente, vas a pasar a ser el monito de feria de tu grupo. Tus amigas se acercan lenta pero inexorablemente hacia un acantilado llamado desidia, pero tú les aportas divertidas anécdotas sobre tus últimos ligues, fingirán empatizar contigo la quinta vez que te hayan roto el corazón, pero solo es un patético intento por darle un toque de gracia a sus grises vidas de pareja.

La última situación que seguro que te ha pasado es saber lidiar y dejar de escuchar determinados comentarios del tipo “deberías centrarte y sentar la cabeza”, “ninguna persona te parece bien, eres demasiado exigente” o “si el último parecía que te gustaba mucho, algo has hecho mal” y aquí es donde te das cuenta que ser feminista tiene más sentido que nunca, porque esta situación a los hombre no le supone ningún drama, pero tú serás la amiga solterona a la que hay que buscar pareja desesperadamente antes de que muera rodeada de gatos, cuando tú lo único que quieres es vivir en tu pisito de soltera, vivir mil experiencias y  por qué no, tener mil gatos que son mil veces mejores que los humanos.

 

Lara Cuéllar