Soy una gran amante del cine y aunque la comedia es lo que más me tira en la vida en general, creo que en el caso concreto de las películas el género con el que mejor me lo paso es el terror. Me encanta cagarme la pata abajo, pero solo como forma de diversión, claro, y creo que el cine ofrece esa experiencia terrorífico-segura de la mejor forma posible.
El otro día estaba viendo una de las películas que se ha llevado premio en el festival de Sitges (lugar de referencia para todos los amantes de este género) y me dio por pensar en lo divertido que sería colarse en alguna peli y vivir en mis propias carnes algunos de los universos que se recrean cada vez que se hace una película. ¡Ah! La peli se llama The final girls y parte de la premisa (más o menos y resumido muy rápidamente) de qué pasaría si traspasas la pantalla de un cine y de repente te ves a ti misma metida en una película de terror, de las de asesino en serie en un campamento, más concretamente.
Esta pregunta me devolvió a mi infancia, cuando veía y volvía a ver incansablemente una de mis películas favoritas, Mary Poppins, porque me fascinaba eso de poder entrar en un mundo de dibujos animados solamente saltando sobre un cuadro. Ahora que ya he crecido, si tuviera la oportunidad de colarme en una peli no elegiría Mary Poppins, aunque tampoco elegiría una peli de terror. Lo bueno de las pelis de terror es que otros sufren mientras tú estás cómodamente en tu casa, no quiero traspasar esa barrera. Sin embargo, me permití fantasear un poco e hice una pequeña lista de películas que me gustaría visitar.
Lo primero que se me vino a la cabeza fue la respuesta más obvia, creo yo. Me gustaría estar en una peli de Nacho Vidal. Aunque, en este caso particular, la visita a esta película no sería por el escenario, sino por el protagonsita. Eso sí, con estar cinco minutos me basta, que me gustaría seguir viviendo mi vida con las piernas cerradas.
Bromitas aparte, la primera película en la que me encantaría colarme sería The Rocky Horror Picture Show. Espero que la conozcáis, porque si no sabéis de qué estoy hablando… ¡Dejad de leer ya! ¡Tenéis que ver esta película ahora mismo! Me gustaría ser una invitada a la fiesta del doctor Frank-N-Furter, vestir de traje pero con calcetines y gafas muy molonas y pasar una noche increíble.
Puestos a pasearse por uno de los universos más mágicos (valga la redundancia, aunque la redundancia venga a continuación) que nos haya podido dar el cine… ¡me quiero colar en una película de Harry Potter! Como hay que elegir, y, sobre todo, como todo lo que pueda pasarte dentro de esa película será real, es decir, puedes morir, he decidido colarme en la película menos peligrosa de la saga, la primera de todas, Harry Potter y la piedra filosofal. No podré disfrutar del Ron Wasley buenorro de las últimas pelis pero al menos saldré viva sin mucho esfuerzo. Paso total de morir a manos de Voldemort.
Aunque no iría a Mary Poppins, la verdad es que sí me quedo con ganas de visitar una película de Disney. Esta ha sido la decisión más complicada. Descarté adentrarme en La Sirenita porque me da miedo el mar, descarté también La Bella y La Bestia por si le caigo mal a Bestia y acabo en la mazmorra, y descarté Aladdín, aunque me ha costado, por miedo a Jafar. Me dio por pensar en una peli de Disney en la que no muriese nadie pero aún así mostrase un universo asombroso y finalmente me decanté por Alicia en el país de las maravillas. Ese país de las maravillas de la película de 1951 se merece una visita. Eso sí, una vez dentro, que no se me olvide que no puedo comer NADA. ¡Espera! ¿Cómo se me ha podido pasar? ¡Me podrían cortar la cabeza! Bueno venga, me la juego.
Eso sí, si tengo que elegir un universo mágico, me vais a permitir la españolada pero yo quiero colarme en Amanece que no es poco. Por mi edad, ya no podría ser una alumna de la escuela y aprender el funcionamiento del corazón a base de canciones guays, pero seguramente podría ir a misa a diario a ver el levantamiento de hostia del cura, hablar con los hombres que me salgan en el bancal y presentarme a puta en las elecciones.
Voy a confesaros un secreto: si tuviera la oportunidad de colarme en una película, también le haría una visita a Amélie, pero solo para matarla. Creo que Amélie muriendo a manos de Perradesatan es el final que esa película necesita. Después de muerta la metería en un fotomatón, le sacaría unas fotografías, y concluiría así su álbum.
Dejo para el final la película en la que me quedaría a vivir. Los pros: vivir en la casa de mis sueños, en una comunidad que pinta bastante bien, tener el mar a un paso, y… ¿he dicho ya lo de la mansionaca? Los contras: compartir esa mansionaca con los antiguos dueños, pero parece que son bastante amigables. Si tuviera que elegir una película para quedarme a vivir en ella, esa sería Casper. Desde la primera vez que la vi me quedé fascinada con ese casoplón, y, sinceramente, como yo siempre he sido de alma darks, lo de tener como mejor amigo a un fantasma también me mola bastante. Sobre todo teniendo en cuenta que cuando ese fantasma se transforma en chico es Devon Sawa.
