Yo no sé si es que me pilló con la noche tonta o qué, pero madre del amor hermoso cómo disfruté con esta película de Netflix tan sin más y tan guay a la vez.

Cuenta la historia de una latina que vive en Estados Unidos que ha tenido una relación preciosa con un bombonazo negro durante muchos años y su vida profesional se mete por en medio. Tiene que elegir entre él o pirarse de su ciudad para poder currar en el que piensa que es el curro de su vida. Y no te lo venden como ‘Oh Dios mío, no puedo renunciar al amor por trabajo’, ni al revés. Te lo enseñan como es: una putada.

La relación es de muchos años, han pasado la fase de enamoramiento y se quieren, pero ya están en ese punto en el que hay que esforzarse y poner de tu parte para seguir adelante. Y joder, qué difícil es a veces eso de querer a alguien y que con eso no baste, no sea suficiente.

Vivimos desde el principio cómo esta señora tan WLS vive su ruptura como lo haríamos cualquiera de nosotras, con amigas y tequila, cantando Lizzo, llorando mucho e intentando pensar en nosotras antes que en nadie más, pero siempre cayendo porque somos humanas y queriendo volver arrastradas ante nuestro ex.

Es que de verdad, me parece tan realista que me mato. (Sin tener en cuenta que no somos americanas, que no nos sobra el dinero y que nos han dado el trabajo perfecto). Pero bueno, esto es ficción y dentro de que es ficción es una muy buena ficción.

Pues eso, que película perfecta para domingo por la noche o viernes por la mañana. Os la recomiendo muy fuerte porque habla de lo que hablamos aquí 24/7. Quiérete más que a nadie, aunque a veces no sea fácil.

Pd: si no os he convencido para que la veáis tengo un argumento final: tiene el mejor cameo de la historia.