Mirad amigas, os cuento la aventura que viví yo ayer que eso sí que es pasión turca y no lo que escribió Gala. Iba yo andando por plaza España pensando en mis movidas internas cuando veo a gente. MUCHA GENTE. Y claro, una que vive en Madrid pues está acostumbrada a las multitudes y a eso de estar más apretada que una caja de cerillas, pero es que cuando la gente es una multitud de adolescentes y madres pues una que es una señora mayor con alma de vieja del visillo pregunta, no vaya a ser que me pierda yo un acontecimiento importante.
Yo sabía que haber, había alguien. ¿Quién? ni idea. Pero vamos, que allí había tantas feromonas que yo ya estaba cachonda, la verdad.
Y entonces sale de la nada ese dios oriental que madre del amor santísimo de todos lo santos dónde estaba metido tremendo monumento y yo allí con cara de estar sufriendo una afasia, porque claro, así de repente ese pelo, esa cara, esa barba pues no, así sin avisar no.
Y claro, por mi mente pasan muchas cosas viendo al tal Can Yaman, Yamon O COMO SE LLAME porque mira, no estaba yo como para acordarme del nombre. Por lo visto el muchacho es abogado y actor, pero vamos, por mí como si se llama Benito y trabaja en la obra.
¿Dios, eres tú? PORQUE VEN AQUÍ QUE TENGO QUE CONFESAR.
¿Y si nos enamoramos y hacemos la secuela de la pasión turca?
¿Habrá torreznos en Turquía? porque yo sin croquetas y torreznos, no eh.
A TOMAR POR CULO LOS TORREZNOS, HOMBRE YA.
A ver cómo le digo yo a mi madre que me voy a Turquía, con lo mal que ya lleva que viva en Madrid.
Ya veo el bodorrio con el doble turco de Maluma
FREGONA PASILLO TRES. REPITO, FREGONA PASILLO TRES.
Así que nada, os escribo esto rumbo a Turquía, que me voy mamá, que me voy.
