Nadie dijo que “adecentarse” fuese fácil y menos con la cantidad de potingues que nos echamos hoy en día. Liarla too much con la cosmética es fácil, seamos honestos.
O es que a ti no te ha pasado….
1.- QUEMARTE CON LA CREMA DEPILATORIA
Mi inicio con esta pasta pringosa fue de adolescentilla. Tenía pánico a usar cualquier otra cosa bien fuera por miedo a rajarme una vena con la cuchilla (sí, soy un poco dramaqueen) bien fuera porque pensar en arrancarme pelos con cera/epilady me recordaba a un potro de tortura. Realmente todo comenzó con mi prima (3 años más mayor) que me dijo “ven que probamos” y ese día muy bien… pero la siguiente vez, que lo hice yo sola no fue tan bien. No miré el reloj y el potingue ese (cuyo olor intentan camuflar pero que luego huele a pelo de marrano churruscado) empezó a secarse y a picarme horrores. Total, que por lerda, me quemé los sobacos (en verano, que puntúa doble).
2.- EL AUTOBRONCEADOR QUE PARECE ROÑA
Esta experiencia no me ha pasado a mi, si no a mi madre. Ella sólo se pone morena de cintura para arriba, vamos que sus piernas son así como las de Casper. Así que después de probar la pistola de caña de azúcar para ir a una boda (como las Kardashian, somos “asín” de modernas) pensamos que la crema autobronceadora sería buena idea. NO LO FUE. Y os explico por qué: eso hay que extenderlo muuuuuuuuy bien y luego lavarse las manos, porque si no la palma te queda teñida también. ¿Y qué hizo mi madre? Ninguna de las dos, o sea que al día siguiente tenía las manos de Michael Jordan y las rodillas como si estuviera toda la noche plantando patatas de rodillas ¡Ah! Y ya os adelanto que eso no sale ni con alcohol, acetona, crema limpiadora, toallitas… De nada.
3.- EL PICOR DE LA CREMA ANTICELULITICA QUE SE VA DE MADRE
En este caso aporto una imagen real mía de ayer por la noche tras liarla parda. Vale, reconozco que soy algo tróspida y no es la primera vez que me pasa.
El asunto es que suelo utilizar un anticelulítico efecto calor, que me deja las nalgas como si me hubiera azotado Christian Grey pero que una aguanta estoicamente. Generalmente me echo primero una hidratante en todo el cuerpo y luego la anticelulítica (y me lavo las manos, obvio) pero ayer invertí el orden… y se ve que no me lavé las manos tan a conciencia… así que mi efecto calor se extendió por toooodo mi cuerpo, provocando un escozor digno de una depilación a bocados por un camello y unas marcas de ataque Pokemon (tentacruel para concretar)
4.- MALAS INTERPRETACIONES DE USO DE PRODUCTOS
NOTA: Las perlas de caviar no sólo son comestibles, son también cosméticas. Y eso es lo que le pasó a una clienta de una amiga, que vende productos cosméticos. La señora llegó y le dijo que “no sabían a caviar sino más bien a jabón”. No sé si la pobre en su fuero mental pensó que para rejuvenecer por fuera había que tragárselas pero se las untó en pan tan ricamente. Y yo sólo puedo pensar en esta escena de Carmina o Revienta en la que cuenta que se bebió unos polvos «to malos» que eran para lavarse el chirimoyo.
https://www.youtube.com/watch?v=wO1WGUl1cGc&pbjreload=10
5.- EL POST DEPILATORIO
Conozco a varios hombres que tras rasurarse consideraron buena idea “hidratar” la zona con crema. Creo que los gritos aún se oyen en Jupiter.
Y lo de ¿depilaros la sobaquina y luego echaros desodorante en spray? ¿Soy la única que notaba luego fuego valkirio en la zona?
6.- VOLVERTE RUBIA PLATINO POR CULPA DE LA ANDINA
Holaaaaa que tal me llamo Alba y he acabado con los brazos como Mónica Naranjo en sus inicios: a cachos morenos y rubios platino.
Las prisas, no mirar el reloj, pasarte de rosca… et voilá! Un bonito pelo color albino en contraste con unas cejas morenas. QUE BELLESA. QUE JLAMOUR.
Si es que lo digo siempre: adecentarse está sobrevalorado.