Clasificación de los tatuajes que menos me han dolido a los que más me han dolido.
Hasta la fecha, cuento con la friolera de 21 tatuajes en mi cuerpo serrano, pero para cuando se publique este artículo, serán 22 porque ya tengo cita cogida para el próximo (y es dentro de escasos días).
Comencé a tatuarme con dieciocho años recién cumplidos y, en un principio, no tuve más remedio que relajar el ritmo por motivos económicos y por intentar seguir manteniendo el buen rollo con mis progenitores (aunque cada vez los quería más grandes y con más colores, cosa que provocó que mi madre sacara las uñas y me reprendiera con cada nueva adquisición).
Hasta que ella falleció en 2016 (yo tenía 23 años —casi 24—) aún tenía «pocos» tatuajes (6, para ser exactos).
Así que, sí, en 6 años he triplicado la cifra y la he superado.
Pero no hemos venido a hablar de esto, o no exactamente… Solo estoy tratando de contextualizar por qué me creo capaz de clasificar los tatuajes en base a mi dolor particular; porque al tener tantos y al tenerlos ubicados en zonas tan diversas, puedo llegar a hacer una clasificación del dolor de los mismos que vaya ‘in crescendo’. Así que vamos al lío:
- Oreja:
No es una zona muy común que tatuarse, aunque poco a poco se está poniendo de moda.
Mucha gente, cuando ve mi pequeña mariposa en el cartílago superior de la oreja, me pregunta si fue muy doloroso y yo siempre contesto lo mismo: no me dolió absolutamente nada, pero sí fue muy molesto.
Si tienes tatuajes, sabrás lo ruidosas que son las máquinas (en especial las de bobinas)… Pues imagínate ese sonido tan cerca de tu oído.
¿Consejo? Es verdad que no duele, pero no merece la pena. Mi mariposa ahora parece una mancha deforme porque la tinta no agarra bien en el cartílago.
- Homóplato:
Fue el primero que me hice, ya que la zona tenía fama de ser de las menos dolorosas.
Y tenían la razón todos aquellos que lo afirmaban.
Tengo un hada de aproximadamente 12 cm de alto, solo en tinta negra, y el tatuador estuvo machacándome la espalda durante casi dos horas.
Las aguanté perfectamente.
Pero también he de decir que cuantas menos sombras y menos relleno (ya sea negro o a color), más soportable es y menos duele.
- Tobillo (interior y delantero):
Mucha gente afirma que es una zona dolorosa porque todas las zonas que tengan menos «carne» (que estén más pegadas al hueso) duelen más.
No puedo opinar sobre el tobillo externo pues, a pesar de ser uno de los lugares más típicos para hacerse un tatuaje, yo aún no tengo ninguno en esa zona (tiempo al tiempo).
Sin embargo, tengo un murciélago timburtiano negro como mi alma en la parte interna del tobillo y un ‘sin cara’ (viaje de Chihiro) en puntillismo en la parte delantera del tobillo (espinilla); y ninguno de los dos me dolió apenas.
Además, he de destacar que el murciélago fue un autotatuaje de mi breve fase en la que estaba aprendiendo a tatuar (y todo el mundo jura que los autotatuajes duelen más).
Así que, chiquis, ¡el tobillo es zona segura! ¡Pa’lante!
- Parte superior de la espalda:
A esta zona yo no sé cómo la llamáis vosotros, pero yo la llamo «chepa». Básicamente es la zona de dónde se sacan las mollejas de cordero (la zona de carnecita justo debajo del cuello por detrás).
Ahí tengo un ‘heartagram’ decorado con filigranas. Sólo negro también.
He de decir que, conforme el tatuaje subía hacia el cuello, iba doliendo un poquito más. Pero es perfectamente soportable.
Si os dais cuenta, en esta clasificación aún no ha aparecido ninguno a color… ¿Por qué será?
- Muñeca:
Ocurre lo mismo que con el tobillo, la gente suele decir que es bastante dolorosa. Pero el tatuaje que yo llevo en la muñeca es lineal de mis perritos, sin sombras, sin fondo, sin relleno, y de 6 x 6 cm.
Con esto quiero indicaros que, en la mayoría de casos, cuanto más simples menos duelen (aunque parezca una obviedad), independientemente de la zona en cuestión.
Pero, creedme, en esta afirmación hay una clara excepción: la última de la lista. Así que estad atentos.
- Sóleo:
No me voy a hacer la guay porque he tenido que buscar el nombre de esta zona. Es esa que está justo debajo del gemelo y encima de la parte trasera del tobillo.
Aquí tengo dos tatuajes (uno en cada sóleo), de aproximadamente 7 cm: una cabrilla loca (soy Aries), con gafas de Luna Lovegood, varita y bufanda de Ravenclaw (no hace falta decir porqué, ¿no?), a todo color; y un Dumbito bebé de estilo sketch con algunos detallitos a color.
¡Empezamos con el color, nenas! Pero he de decir que me dolió más el Dumbo (a pesar de tener menos color), y es que las manos del/la tatuador/a, marcan también la diferencia.
- Culo:
Tengo un pequeño Calcifer a color en la parte superior de mi pompis (a juego con mi mejor amiga).
Quizá si hubiera sido más grande habría sido más doloroso, pero un tatu de unos 6-7cm a color es bastante soportable, y más si te lo haces en una zona con carne.
La parte que más «picó» fue la superior, cuando se acercaba a la cadera/zona lumbar.
- Dedo:
Tengo el símbolo de la triple diosa de la luna en el dedo corazón de la mano derecha, en negro.
Los dedos duelen, no te voy a mentir. Lo bueno es que son tatuajes pequeñitos y se pueden soportar bastante bien.
De todas formas, como te dije con el de la oreja… no merece la pena. O, al menos, no merece la pena hacerte algo muy elaborado, porque vas a tener que retocartelo con frecuencia para que no se ponga feo.
- Empeine:
Tengo un cazasueños en uno de mis pies, para que nadie se atreva a pisar mis sueños (ni siquiera yo misma).
El sombreado de las plumitas fue bastante doloroso, pero lo soporté muy bien, la verdad. El tatuador estaba asombrado.
Y es que hay algo que no os he dicho… mi tolerancia al dolor es bastante alta (¡ups!).
- Brazo por detrás (encima del codo):
Creo que este me dolió más por lo bruto que fue el tatuador que por otra cosa, pero es que el blackwork es un pelín bestia.
Aún tengo pendiente tatuarme la misma zona en el otro brazo para poder comparar realmente.
- Muslos:
Las piezas más grandes las tengo ubicadas en los muslos. Tengo la friolera de cinco tatuajes a color entre los dos muslos.
Las partes delanteras duelen mucho menos que las de los laterales (las traseras no sé si atreverme todavía). Pero, cuando llevas 7-8 horas torturándote el cuádriceps con un tatuaje de más de 20×20 (mis muslos son generosos), molesta bastante… y mejor no hablemos de los rellenos a color.
No te equivoques, el color no duele más (como dicen algunos), lo que duele es que te rellenen de tinta una zona que ya está herida. Por eso, conforme pasan las horas, más te va doliendo.
Los de los laterales de los muslos ya duelen más y conforme va subiendo en dirección a la cadera… uffff.
Además hay que tener en cuenta que la piel de los muslos se hincha mucho y que se puede tirar una semana doliéndote un simple roce.
- Gemelos:
Los gemelos pican. Pican mucho. La zona más molesta es la que se va acercando a la corva de la rodilla. Además, tu pierna «salta» sola y no puedes hacer nada para remediarlo.
Tengo dos «marcos» retro con los castillos de Hogwarts y de Disney en su interior. ¿Adivináis cuál me dolió más? El de Disney, porque está a todo color.
La verdad es que los puestos 11 y 12 bien podrían estar empatados.
- Costillas (lateral):
Tengo un maldito corazón biomecánico de más de 15 cm en las costillas (al lado del corazón), a todo color… el tatuador estuvo torturándome durante cinco horas.
¿Lo peor? Quiero tatuarme esa zona otra vez (mi tatuaje número 22), pero en el otro costado.
Sí, soy masoquista… aunque espero que el que tengo en mente sea de menos de una hora (por favor…).
Las costillas duelen mucho. Todo el mundo lo dice y todo el mundo tiene razón.
Piénsatelo. Mucho.
- Esternón:
Y aquí va la excepción.
Es de los tatuajes más pequeños y rápidos que tengo. Es un simple unalome, lineal, sin color, sin relleno, sin nada… La tatuadora lo hizo en diez minutos y casi me vuelvo azul por dejar de respirar.
NO LO HAGAS.
Es horrible.
¿Y tú qué me cuentas? ¿Cuál ha sido tu tatuaje más doloroso? ¿Y el que menos?