Si al abrir tu refrigerador has notado olores extraños seguramente tu primera reacción fue inspeccionar toda la comida a fin de descubrir la fuente del origen. Sin embargo, en contra de todo pronóstico, no has encontrado ningún alimento en mal estado.

¡Houston, tenemos un problema! ¿Cuál es el origen de ese mal?

La verdad es que los malos olores pueden deberse a diversas causas. Aquí no venimos a hablar de culpables. Si no a darte soluciones para dejar tu nevera limpia como una patena. 

Manos a la obra. Vacía tu frigo y desconecta su corriente eléctrica.

Desmonta las bandejas y los cajones. Una vez fuera prepara el siguiente ungüento: media taza de vinagre blanco por una taza de agua. Remedios de pueblo, de los de toda la vida. El vinagre con sus propiedades desinfectantes y desengrasantes luchará contra la suciedad incrustada. Utiliza un atomizador en esta batalla contra el residuo.

En la prevención del fatídico moho, la limpieza de las juntas de las puertas es la clave. El moho se cuela por estas ranuras aumentando la probabilidad de existencia de bacterias y gérmenes que pueden contaminar alimentos ocasionando problemas para tu salud. Si te ha gustado el remedio popular del vinagre, aquí vengo con otro arreglo de abuelas, el flúor es aquí tu aliado frente los restos acumulados y el color amarillento que suele presentar esta parte de la nevera con el paso del tiempo.

Vamos con la tercera receta infalible, el bicarbonato de sodio. Desengrasante de olor neutro. Dos cucharaditas de bicarbonato en un litro de agua tibia te servirán para limpiar el interior y exterior de tu electrodoméstico. Otra fórmula reconocida por su éxito es hacer uso del limón. El zumo de tres limones junto a dos tazas de agua tibia. Mezcla bien y ayúdate de un paño o papel de cocina.

Si el exterior de tu frigorífico es de acero inoxidable necesitará que lo mimes un poco más. Cuatro cucharadas de aceite de oliva en una base de jugo de limón es el bálsamo perfecto para esta clase de material. Flota en dirección a las vetas de acero para no rayar la superficie.

Acabada la tarea. Levanta tu estandarte, hazte vencedora en este combate contra los malos olores. Pero no bajes la guardia, para prevenir la aparición de estas molestias realiza un control continuado de fechas de caducidad, de cajones de almacenaje de frutas y verduras y de posibles volcados de líquidos. Guarda alimentos como la cebolla y el ajo en papel film, revisa la circulación del aire y de la temperatura. Un correcto funcionamiento oscila entre 2 a los 5ºC.

Declara el adiós a los malos olores de tu nevera.

@punto_en_becca