Casi-relación: dícese de esos romances esporádicos (que a veces se alargan durante años) en los que no tenéis nada serio como tal, pero hacéis vida de pareja. Folláis con ganas, vais al cine juntos, veis series tapaditos con una manta y os dais la mano sin daros cuenta cuando paséis por la calle. Eso sí, cada vez que alguien se refiere a vosotros como “novios” os saltan todas las alarmas. “No somos novios”, decís. “¿Entonces qué sois?”, os preguntan. Y en ese momento no tenéis ni pajolera idea de que contestar, porque lo que estás viviendo no es una relación ni mucho menos. ¡Es una casi-relación!

Las casi-relaciones tienen dos finales posibles:

  • Evolucionan en una relación de verdad. En realidad, nada cambia, sólo la absurda etiqueta que le ponéis a vuestro romance.
  • Acabáis cortando. La movida es que como tampoco estabais juntos no es una ruptura típica

¿Cómo puede doler tanto cortar con alguien con quién no habías tenido nada serio?, pero en realidad sí que lo tuviste. Amiga, te pillaste un poquito y probablemente él también, pero os acojonaron tanto las etiquetas que no fuisteis capaces de admitir esos sentimientos. Ahora toca superarlos y créeme, no es fácil.

Pillarte por una persona no implica estar enamorada hasta las trancas ni protagonizar una película de Disney, simplemente eres humana. Si quieres a tus amigos del instituto aunque sólo los ves dos veces al año, ¿cómo no vas a querer a un tío con el que compartes cama, tiempo y caricias?

Y sabéis cuál es la gran putada de todo esto, que no sólo pierdes a un compañero de sexo e intimidad, pierdes a un amigo. Con él compartías una conexión que muchos no entienden, pero para ti significaba un mundo. Os quedabais hablando hasta las tantas de la noche de trivialidades y te morías de la risa cada vez que soltaba una absurdez de las suyas. Ahora ya no está y tienes que pasar página.

Borra de tu mente todas las preguntas que te hiciste cuando lo vuestro se acabó. Nunca tendrán respuesta o, en el mejor de los casos, la respuesta te provocará todavía más dudas. Esa persona ya no quiere invertir su tiempo contigo. Probablemente se dio cuenta de que la casi-relación no le llenaba igual que te llenaba a ti, y tampoco puedes culparle por eso. Hay parejas que pasan toda su vida juntos y repentinamente se desenamoran. Sentir cosas es tan normal como sano, y dejar de sentirlas también.

Sí, sé que sentías que él te entendía. Ahora pensarás “uf, es que estábamos hechos el uno para el otro, habríamos sido la pareja perfecta”. No es así. La pareja perfecta es aquella en la que ambos quieren estar juntos, y en tu caso no fue así. No puedes obligar a alguien a quererte, y ese es el aprendizaje más duro.

 

Redacción WLS