ARROGANCIAS

Allá por el año 2001 (yo tenía 17 años) conocí a un chico. Un chico diferente. Borde, decidido y para mi gusto arrogante

Nos conocimos por el chat IRC, las de mi edad sabrán de qué antigüedad hablo, y quedamos. 

Él, su amigo, mi amiga y yo. 

Nos vimos, tomamos cafés de esos de vida y media (bombón con hielo por aquel entonces). A mí me gustó su rollo, me encantan los sudokus e incluso el encaje de bolillos. Y mi amiga pues también quería tema con él. 

Cuando cada mochuelo volvía a su olivo mandé un SMS:

‘A mi amiga le molas’.

Y a los dos minutos, me llega la respuesta:

‘Pues a mí me gustas tú’

OMG

Mi amiga me cedió el pomelo  y ella puso miras en otro frutero. 

Volvimos a quedar, ya solos. Tras 23 bombones con hielo, muchos fortunas 25 y algunas partidas al futbolín, nos liamos… Y fueron 9 meses locos. Locos de amor, locos de primeras veces para ambos, locos de sudor, locos de locuras. 

Y se terminó. 

Fue un primer amor a lo bestia. Insostenible por exceso. Excesivamente histriónico. El “oversize” del amor adolescente.

Cada uno por nuestro lado, rehicimos vidas. 

Yo a veces echaba calderilla a la cabina y marcaba su número (grabado a fuego en mi memoria), para solo escuchar su voz. Con los años dejé de hacerlo, pero al menos una vez al año me acordaba de él (en su cumpleaños). 

Conocí a otro chico, y empezamos una relación. 

Todo fue muy bien hasta que murió mi padre, que se me fue la olla y ya nunca fui la misma. Me desenamoré de la vida en general y de él en particular. 

Llevábamos casi 7 años juntos cuando… Sugerencia de amistad en Facebook.

Arrogancias. 

‘Eii ¿cómo te va? ‘

Y bueno, os podréis imaginar el camino que va tomando esto… Me puse los zapatos rojos, lista para seguir las baldosas amarillas. 

Solo necesitaba un chasquido para despertar, y ver que la historia en la que estaba en ese momento, ya no me llevaba a ningún sitio. Después de semanas hablando por Facebook, decidí poner punto y final a mi relación de casi 7 años. No era justo para nadie, yo no me sentía culpable por hablar con Arrogancias, pero sí por lo que resurgía en mi cuando lo hacía. Él también decidió finalizar la relación que mantenía, la cual duraba unos dos años y estaba tan muerta en vida como la mía. 

Tras pasar el duelo de relación fallida, quedamos. 

Pasaron días, semanas, unos cuantos cafés con leche, algunos ducados rubios, muchas anécdotas (8 años de anécdotas) y pum. 

Llegó el ‘Si tú saltas yo salto’.

Esto pasó a finales de 2009. Nos liamos un 1 de noviembre, sin pensarlo, como aquella vez. 

El 1 de noviembre de 2001.

Lo hemos pasado bien, muy bien. 

Lo hemos pasado mal, rematadamente mal. 

Aquí estamos hoy. 

En diciembre de 2019 nació nuestra Candela. 

Y en breve nuestro Rey Arturo.

Y han venido a iluminar, más si cabe, nuestra historia

 

Madre mía, que señora soy ya.

 

LADY APEGO