Hoy vengo a abrir debate. Porque me he levantado de la cama con una duda que me corroe el alma. Pongámonos en situación. Tú, que estás feliz en tu mundo de soltería en el que ningún pene te perturba, de repente conoces a un tío que te hace el chichi pepsicola. Os compenetráis súper bien, en la cama sólo hay fuegos artificiales y tú vives en una burbuja de luz y felicidad. Hasta que en un momento dado, zas. Te enteras de que tiene pareja. Y aquí viene la pregunta del millón: Le cuentas a la pareja de tu amante que es infiel, ¿sí o no?

¿Cómo decidimos si contarle a la pareja de tu amante que es infiel?

Vaya por delante que aquí e voy a limitar a ofrecer visiones externas. Yo me he visto en una situación similar y, para qué engañarnos, es una mierda. Porque, a ver, ahí estás tú, que creías que por fin habías encontrado a tu ciruelo para toda la vida, y un buen día te enteras de que tiene novia. Y tú, que ahora mismo eres la reina del despecho, con toda la razón del mundo, piensas dos cosas:

  1. Ese cabrón se merece estar solo.
  2. Su pareja no debería estar con un traidor a la especie como él.
¡Deshonra sobre tu vaca!

Bien. Pues en este artículo del Huffington Post, nos encontramos con algunos argumentos para no decir nada. Por ejemplo, una psicóloga y sexóloga afirma que:

Si la infidelidad queda en el pasado y la persona está comprometida con su relación, yo recomendaría no revelar nada.

(Megan Fleming)

¿Por qué? Pues porque contarle una infidelidad a la persona engañada puede arruinar una relación. Sí. Lo sé. Yo tampoco querría estar en una relación con alguien que me engaña, pero para opiniones, colores. En el caso de la escritora Kate Rose, optó por no contarlo tampoco, pero sus motivos eran distintos. Kate consideró que no debía ser ella quien tomara esa decisión, pues no era su relación la que se vería afectada.

Piensa bien cuáles son tus motivos.

Basta con darse una vuelta por el foro para darnos cuenta de que es una duda que nos reconcome a muchas. He leído mucho sobre este tema, porque yo, en su día, sí decidí contarlo. Y, como no podía ser de otra forma, salimos escaldados todos. Yo, porque me cayó la del pulpo por todas partes. La otra chica, porque, además de enterarse de que tenía cuernos, le hice daño (palabras suyas, no mías), y él, porque… Bueno, porque se quedó solo. Aunque, la verdad, yo de eso me alegro. El caso es que, con los años, me he visto envuelta en el mismo dilema muchas veces. No viéndome involucrada yo, pero sí que he visto a mi alrededor conocidos que eran infieles. Y todas y cada una de las veces me pregunto: ¿debo decírselo a la persona a la que están engañando? ¿Me corresponde a mí el «derecho» de contarlo?

Bueno, pues mi consejo es que pienses bien cuáles son tus motivos para contárselo. Si lo que quieres es, de buen rollo, que la pareja sepa qué está pasando, puedes plantearte contárselo. Piensa si a ti te gustaría saberlo y, si la respuesta es un sí, piensa en el «cómo». Las maneras son importantes. Recuerda que es probable que ella viva en la ignorancia y no sepa qué clase de especimen tiene por pareja. Ella no es la culpable. Por el contrario, si lo que te lleva a hablar es el despecho, el rencor y las ganas de joder al tío en cuestión… Dale una vuelta primero. Sé consciente del poder que tienes en tu mano y, si decides contarlo, hazlo por las razones adecuadas.