A finales de septiembre decidí ponerme a buscar trabajo “de verdad”, hasta entonces, había estado echando varios currículums y hecho alguna entrevista, pero nada serio.  Dicen que no se busca igual un trabajo cuando estás en el paro, a cómo se busca cuando estás trabajando y quieres cambiar, y en mi caso, puedo confirmar que es absolutamente cierto.  Además, lo de compaginar entrevistas con jornada laboral, no siempre resulta fácil.

Empecé a mirar páginas de empleo a diario e hice un listado de las empresas en las que “a priori” me gustaría trabajar para enviarles mi autocandidatura.  Actualicé mi perfil en LinkedIn y empecé a decirle a todo el mundo que estaba buscando trabajo.  La verdad es que me daba un poco de vergüenza, pero otra de las cosas que dicen es que lo primero que hay que hacer para encontrar algo, es informar a todo el mundo de que lo estás buscando, así que ¡otro check cumplido de la lista!

Por las mismas fechas, mi pareja, que llevaba tiempo buscando una casita con jardín cerca de la ciudad, encontró una que se ajustaba muchísimo a lo que quería, así que después del consabido estrés que supone elegir una hipoteca, cruzar los dedos para que te la concedan, buscar notario y cuadrar fechas con los antiguos propietarios ¡habemus casam!; y aunque la idea inicial, era seguir viviendo en nuestro piso y dejar la casa para vacaciones y fines de semana, analizando pros y contras, y sobre todo, siendo prácticos, decidimos vender el piso y mudarnos a la casa en cuanto terminemos la reforma (porque una de las cosas que teníamos claro era que queríamos reformarla entera a nuestro gusto).

Y así, sin saber muy bien cómo he llegado aquí, ahora me veo en medio de la reforma integral de una casa (decide estilos, escoge materiales, encaja presupuestos, peléate con fontas y chispas varios, saca permisos…), la venta de un piso (atiende llamadas, gestiona visitas, ten la casa perfecta, repite que el precio no es negociable y que ya está muy ajustado), la organización de una mudanza (decide qué se queda y qué se va, mételo en cajas, ¿de verdad todo esto es nuestro?!!) y recogiendo los frutos de haber enviado tantos CV (¡¡haciendo entrevistas!!)

Estoy feliz y contenta por cada una de las circunstancias, pero a veces siento que todas al mismo tiempo, me superan.

Si de una en una, todas estas situaciones son bastante estresantes ¿os imagináis lo que es vivirlas todas a la vez?  Intenta, además, mantener una mínima vida social, tener la nevera medio llena y que no te coma la mierda en casa.  Si además te va a bajar la regla y por motivos de trabajo tu pareja tiene que irse un par de semanas fuera…mátame camión. 

Al que vuelva a insinuar siquiera que por qué no tenemos un hijo nosotros que podemos y tenemos tiempo ¡lo mato!

 

La vetusta bloguera