Llevo un tiempo sumergiéndome en la alimentación intuitiva y en un movimiento que esta surgiendo con mucha fuerza que es el HAES, y la salud en todas las tallas.

Hace poco empecé a formarme con una nutricionista que se basa en estas evidencias científicas y vengo a daros mi opinión porque creo que el introducirme en la alimentación intuitiva me ha ayudado mucho a mejorar mi relación conmigo misma y con la comida.

Desde bien pequeña he sufrido insultos por vivir en un cuerpo más grande que el “normativo” y desde bien pequeña interioricé como una creencia absoluta que no era suficiente valiosa y que no era merecedora de amor. Creo que viví con restricciones de alimento desde que tengo uso de razón y sabiendo que hay ciertos alimentos que no debía permitirme de manera incondicional, eso hizo que mi relación con la comida fuese negativa. Todo ello hizo que pasase de la anorexia al trastorno por atracón, y es algo mas común de lo que se piensa. Nos han dicho que debemos controlar lo que comemos y nos lo hemos creído, pero no nos han dicho que el 95% de las dietas acaban en una ganancia de peso mayor, falta de autoestima porque te hacen creer que te falta fuerza de voluntad para seguir bajando de peso y trastornos alimenticios.

Nos han hecho creer que no debemos confiar en nuestro cuerpo y en nuestras sensaciones internas porque todo esto es un gran negocio y además les interesa desde el punto de vista de tenernos adoctrinadas. Y lo que estoy descubriendo con la alimentación intuitiva es que precisamente al poder comer lo que quiero y cuando quiero, esa misma comida, deja de tener el poder sobre ti y tu decides si quieres o no comértela. Os voy a explicar los 10 principios de la alimentación intuitiva:

1. Rechaza la mentalidad de dieta: Dejar de creer que solo hay una forma buena de comer y volver a conectar con tu cuerpo para saber lo que le va bien o no. Dejar los periodos de restricción-atracón propios de las dietas, es decir, muchas veces yo empezaba la dieta el lunes con restricción de alimentos y midiendo muy bien todo lo que comía y el viernes o el sábado me “descontrolaba” porque tenía un hambre voraz, y por la ansiedad y tensión acumulada de querer controlarlo todo durante la semana. Eso hacía que pensara que había fallado que me sintiese no valiosa y que pensase que necesitaba incluso restringir más para compensar, y ahí entramos en un circulo vicioso peligroso y dañino.

2. Honra tu hambre: Reconectarte con tu cuerpo, con las sensaciones de hambre-saciedad y confiar en tus instintos. Creemos que si nos damos permiso incondicional de comer lo que queramos cuando queramos nos descontrolaremos, comeremos muchísimo y engordaremos muchísimo. Pero no es así, si bien es cierto que este enfoque NO busca la pérdida de peso, pero lo que ocurre cuando empiezas a darte el permiso para comer de manera incondicional es que comes cuando te apetece lo que te apetece, los atracones desaparecen y el peso se estabiliza. Todos tenemos un peso más o menos estable, y este método lo que habla es de aceptarlo sea cual sea. Al principio puede haber una “luna de miel” con la comida pero luego todo se estabiliza.

3. Haz las paces con la comida: Dejar de creer que hay alimentos prohibidos y que por comer algo “has pecado” o has caído en una trampa y que por ello vales menos. Comer sin pensar que lo que estás comiendo no deberías comértelo, es una liberación. Simplemente comer comida e ir poco a poco redescubriendo lo que a tu cuerpo le sienta mejor y que nos gusta más.

4. Reta a la policía alimentaria: Son esas voces que nos dicen : “te vas a comer todo lo que esta en el plato” “no debes comer x”. Muchas veces esto viene de dentro, es decir nos lo dice nuestra propia mente, y lo que nos dice la alimentación intuitiva es que dejemos de lado esas “voces” y que confiemos en nuestro cuerpo y nuestros instintos.

5. Siente tu saciedad: Aprender a reconectar con la sensación de saciedad que muchas veces nos ha sido privada al estar a dieta y confiar en tu cuerpo y que él sabrá cuando debes parar.

6. Descubre la satisfacción al comer: Comer sin distracciones, sin culpa solo disfrutando del tacto, olor, sabor del alimento que tanto esmero has puesto en comprarlo o cocinarlo. Esto en mi caso ha sido lo mejor poder volver a disfrutar de verdad de comer, no comer con prisas o a escondidas determinados alimentos. Incluso ha hecho que me sacie antes porque como despacio y disfrutándolo sin pensar en nada más porque nos merecemos comer y disfrutar de la comida. Y ese mensaje de confianza en ti y en tu cuerpo llega a nuestro cerebro.

7. Lidia con tus emociones sin usar la comida: En mi caso comer era una forma de lidiar con mis emociones porque estaba tan desconectada de mi cuerpo que no era capaz de reconocerlas. Comer emocional tampoco es algo malo pero es bueno que lo reconozcamos y podamos decidir de manera consciente si queremos comer algo para calmarnos o preferimos hacerlo de otra manera, y para ello hay dedicar tiempo a reconocer lo que sentimos, como lo sentimos (como notamos que estamos nerviosas por ejemplo) y ver que es aquello que nos ayuda a calmarnos o lo que necesitamos.

8. Respeta tu cuerpo: Aceptar que somos como somos de manera incondicional, agradecer todo lo que nuestro cuerpo hace por nosotros y lo que hará. Evitar compararnos con nadie todos somos únicos y valiosos seamos como seamos. Nuestro valor no lo determina nuestro cuerpo ni nuestro peso. A mi me ha ayudado mucho cuando me miraba o me miro en el espejo y me digo algo que no me gusta de mi cuerpo automáticamente pienso en algo que esa parte ha hecho por mi y le doy las gracias, y le digo que es perfecta así como es.

9. Ejercítate para sentir la diferencia: Reconquistar el movimiento libre y consciente y reconocerlo como una celebración de lo que tu cuerpo puede hacer, eliminar de nuestra cabeza que solo lo hacemos como un castigo por lo que comimos o para perder peso. Hacerlo desde el disfrute, redescubrir que nos gusta hacer y disfrutar de mover nuestro cuerpo.

10. Honra tu salud con Nutrición: Elegir determinados alimentos porque son saludables y nos hacen sentir bien pero sin sentir que comer otros alimentos es algo malo.

Todo esto es un proceso muy lento que hay que ir haciendo poco a poco y que podríamos hacer de la mano de un profesional en el caso de que lo necesitamos. A mi me ayudó mucho: Raquel Lobaton, pero si os informáis sobre HAES hay mil profesionales que promueven la Salud en todas las tallas.

 

Alicia MArtínez