Diademas y Mercadona en la misma frase pueden ser dos palabras que, a priori, pueden no cuadrar mucho pero que desde hace unos meses son un binomio perfecto.

Que las diademas son un complemento que ha vuelto para quedarse por lo menos algún tiempo no es nada nuevo, pero sí a eso le suma que el señor del Hacendado ha decidido incluirlas casi de una manera fija en su sección de Perfumería ¡apaga y vámonos!

Sí nunca te has fijado, tienes que hacerlo. Están en la perfumería, cerca de esas gomas del pelo negras tan socorridas y esas horquillas para sujetarnos los pelos sueltos, discretamente colgando en uno de sus estantes gritando un ¡súbeme al carro! cuando pasas por delante.

No suele haber muchas modelos diferentes juntos pero sí he notado que los cambian cada poco así que en mi ritual mercadoniano, cada vez que voy a hacer la compra semanal me paso por la estantería de las diademas para ver si han llegado amigas nuevas.

¿Por qué este nuevo vicio?

Porque me encantan las diademas, porque nunca se tienen suficientes y porque las diademas del Sr. Mercadona están muy bien.

Está es mi preferida para hacerme selfies en el ascensor

Suelen ser talla única aunque entre las que tengo en mi armario a veces varía el tamaño por unos cm de nada, todas vienen bien rematadas para que no se te claven detrás de las orejas y te hagan ese daño infernal que todas hemos sufrido con alguna. Son bastantes resistentes y son bonitas.

Además, suelen ser estilos variados por lo que te vas haciendo con varias según tu fondo de armario y siempre tendrás la diadema perfecta para completar tu outfit.

Ésta gris se ha convertido en mi diadema básica

Lo mejor de todo es su precio. ¡1,95E! Ni precio de mercadillo, oigan. Las he comparado con diademas de otras cadenas de ropa conocidas que rondan los 10 euros y no miento si os digo que son prácticamente iguales, así que yo, visto lo visto, tengo claro con cuáles me quedo.

Seguiré buscando diademas en el supermercado y seré majérrima con la chica de la perfumería para que me avise cuando le lleguen boniteces.