Últimamente no consigo engancharme a series nuevas. Empiezo una detrás de otra pero no doy con ninguna que me aísle del mundo y me haga disfrutarla enterita debajo del nórdico. Sin embargo estas últimas semanas le estoy dando durito a documentales, realities y programas especiales.
La semana del 11S me tragué varios documentales de esos que te dejan hora y media sin parpadear. Y ahora me he pasado al amor para compensar.
Netflix me dio una alegría al estrenar la segunda temporada de ‘Love on the Spectrum’ o ‘El amor en el espectro autista’ en español.
Si viste la primera ya sabes de qué hablo, sino te cuento.
Este programa australiano relata las historias de varias personas neurodiversas buscando el amor. Y es que si ya de por si para cualquier neurotípico no resulta sencillo encontrar pareja estable, te puedes imaginar la complejidad del asunto cuando estás fuera del espectro y te cuesta entender cómo funciona el mundo y las relaciones.
‘El amor en el espectro autista’ va entrelazando las historias de protagonistas como Michael (el total y absoluto favorito y no es para menos) o Ronan y muestra los caminos de cada uno con sus éxitos y fracasos, como la vida misma.
La forma de adentrarte en sus vidas y de entender cómo funcionan sus mentes ayuda a romper barreras y desestigmatizar el autismo. No hay condescendencia ni pena en el relato. Más bien todo lo contrario: respeto, empatía y mucho amor.
Con razón este programa ha recibido buenísimas críticas en todo el mundo, y es que es una celebración de la diversidad y del amor en toda regla.
A mi personalmente me ha invitado a reflexionar sobre la concepción que tenemos actualmente del amor y las relaciones de pareja en la sociedad actual. Nos fijamos tanto en el físico y en chorradas superficiales como la última hora de conexión, perdemos tantísimo tiempo con ghostings, breadcrumbings y demás términos impronunciables, que nos hemos olvidado de la esencia.
Esa pureza que transmiten los protas de ‘Amor en el Espectro’ cuando les preguntan qué buscan en una pareja. Cómo les brillan los ojillos cuando consiguen una cita, cuando después de muchos fracasos logran conectar con otra persona.
Verás como te da que pensar. Y verás también como te enamoras del programa. Palabra de WLS.
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