A lo largo de mi vida me han pasado muchísimas cosas que otras personas podrían considerar “vergonzosas”. Yo, os aseguro que me han sucedido tantas, que ya estoy curada de espanto. Y sí, por el título, sabréis que además, una de esas situaciones fue que el bikini se me bajó.

 

Sé que hay gente que me va a entender, que se ha caído de culo delante de toda la clase, que ha tropezado con algo y se ha estampado de boca enfrente del chico que le gusta, o que casi se le salen las tetas en una atracción que bote mucho.

Hoy os quiero contar lo que me pasó cuando fui a la playa por primera vez con los amigos de mi novio y con mi nuevo bikini (aunque todo lo que he mencionado también me ocurrió…).

Tranquilas, voy a ir directa al grano, ya que por lo demás, no hay mucho donde enrollarme. Era un día normal, fuimos todos a la playa y nos lo pasamos genial. Eran todo chicos, ya que habíamos ido con su equipo de fútbol y yo era la única mujer que había. Así que, por muy simpáticos que fueran, no teníamos mucha conversación y me fui al agua.

Mira que no soy de meterme en el mar porque siempre está congelada y tampoco me gusta el sol, soy de las que se quedan metiditas dentro de la sombrilla con cuidado de no tocar el sol, cual vampiro, y que si voy al agua es para mojarme los pies.

Pero ese día no, ese día el universo quiso hacer una gracia y no sé porqué cojones tuve que meterme en el agua. Os pondré en sobre aviso: mi parte de abajo era de los que tienen nudos a los lados. OJO AL DATO. Ya os iréis imaginando los acontecimientos que vinieron después.

Nada más salir del agua (todavía llevaba puesto todo) me fui directa a donde estábamos todos. Mi novio estaba de espaldas al agua hablando con uno y cuando me acerqué, ni se dio cuenta. Cogí una toalla y comencé a secarme y a hablar con los demás. 

Otro dato interesante es que TODOS ESTABAN SENTADOS EN LA ARENA Y SUS CARAS ME LLEGABAN AL TOTO y yo estaba de pie. Si, ya os podéis ir riendo.

Mientras me secaba, noté como algo me rozaba los talones y de repente, todos pusieron una cara que no sabría explicar. Miré hacia abajo y vi mi bikini se me bajó hasta los pies, la cara roja de los chicos y los ojos desorbitados. No sabían donde meterse jajaja.

Como quien no quiere la cosa, me agache y me lo volví a subir atándolo más fuerte y seguí hablando con ellos.

Gracias a Dios soy una persona que no tiene vergüenza a nada, me pase lo que me pase. Así que actué con normalidad como si no hubiera pasado nada. ¡Lo pasaron ellos peor que yo jajaja!

A todo esto, mi novio sin enterarse todavía de que el bikini se me bajó por completo. La verdad es que sus amigos fueron muy educados y no quisieron decir nada, se lo tuve que contar yo después y nos reímos juntos. Me preguntó, ¿no te importa que te hayan visto todo? Y le respondí: para nada que lo tengo muy bonito.