Hace unos años, bastantes ya, el desfile de Victoria’s Secret era un espectáculo único y uno de los más vistos mundialmente. De hecho yo me había puesto el despertador a las cuatro de la mañana para verlo en directo cuando era joven. Porque ¿quién no quería ser una de esas ángeles? que desfilaban impecables, con esas piernas interminables, esos cuerpos esbeltos, esas sonrisas llenas de fundas blancas, y ese pelo con ondas que no les han cambiado en 10 años…

Pues bien, llevan uno años perdiendo audiencia. Y eso que han tirado de artistas con muchísimo reclamo como Lady Gaga. Pero el año pasado fue el batacazo final, con una audiencia de mucho menos de tres millones de espectadores. Un cuarto de la audiencia normal.

Desde aquí ya vaticinamos que iba a pasar en 2017 con el artículo Victoria, tu desfile está pasado de moda y en 2018 con otro titulado  Victoria’s Secret: renuévate o muere. Pero no nos hicieron caso aunque teníamos razón. No hay nada que me de más placer que tener razón. Bueno sí, las croquetas.

Total que ahora pues han dicho que quizás ya no lo televisan más o que incluso no saben si volverán en 2020 a hacerlo. Porque tienen que pensar en renovarse… bla, bla, bla.

Las mujeres llevamos años gritándole a la industria que pasamos de ella. Que ya no queremos ser sus esclavas. Y como en todo, ha habido empresas que se han enterado y otras como la de Victoria´s Secret que ha hecho oídos sordos. Y claro las mujeres pues nos hemos cansado.

Y ya pues no compramos en lugares donde nos desprecian. Porque como ya he dicho miles de veces, ustedes han hecho ropa de talla grande, bragas para culos gordos y sujetadores para tetonas, pero JAMÁS nos  han querido en sus escaparates, en sus desfiles ni en sus anuncios.

Si querían nuestro dinero, pero no a nosotras. Y nosotras pues hemos pasado de su marca. Porque si queremos comprar algo pues queremos ver como le queda a una chica parecida a nosotras, no a una que mide cuatro palmos más y pesa cuarenta kilos menos. Es como si quisiéramos comprar un bikini rosa de flamencos, y se lo pusieran a Jason Momoa para promocionarlo, pues chica, que no te haces a la idea de como narices te queda eso a ti.

 

Y ahora con el culito  encogido pues hablan de renovarse, de poner una o dos modelos curvys en sus desfiles etc etc. Pero lo que yo creo es que esto ya no va a remontar, porque se les ha visto demasiado el plumero.  Y ya no es que no nos levantemos de madrugada para ver a sus ángeles. Es que ya no queremos ser como ellas. Porque no queremos ser clones, porque no queremos estar enfermas y dejar de comer y de beber días para que un montón de babosos nos miren. Porque ya no necesitamos sus tiendas para encontrar conjuntos cuquis y más baratos donde entren nuestros cuerpazos.

Y eso al final les ha explotado en la cara. Y yo que había sido de las que admiraba tanto a esos ángeles, ahora solo me producen pena. Porque son chicas jóvenes que quieren ser modelos, y ustedes las tratan como ganado. Que si no te fijas bien, parece que esté desfilando todo el rato la misma chica. La única que diferencias es la modelo estrella  y porque le ponen las bragas y el sostén de brillos que si no ni eso.

 

Las mujeres ahora queremos ser libres, diferentes, únicas, rebeldes y por qué no decirlo, tocarles un poquito las pelotas. Y por eso su desfile se ha ido al carajo. Porque los babosos que lo veían no les compran bragas. Se las comprábamos nosotras hasta que nos cansamos de su mirada inquisidora.

Así es que he de decir que me alegro de que el desfile no vuelva a ser televisado, porque no me parece ejemplo de nada bueno. Y si lo cambian e  incluyen diversidad creo que también va a ser un fracaso porque ya ninguna mujer les va a creer. Llevan demasiados años demostrando su desprecio hacía nosotras, las humildes mortales que bebemos agua y comemos cinco veces al día para seguir respirando.

Y al fin nos hemos dado cuenta de que volamos mucho más alto sin alas de plumas de plasticucho barato.