El disfraz de gorda de Miren Ibarguren.

Recién estrenada la nueva temporada de La que se avecina y ya trae una buena polémica de la mano. Estoy hablando del personaje de Yolanda Morcillo, interpretado por la actriz Miren Ibarguren, sobre el cuál a la productora se le ha ocurrido la »brillante» idea de engordarla de manera exagerada (en relación al cuerpo que lucía en la anterior temporada). 

Para ello han decidido disfrazar a la actriz con un claro tinte burlesco y de mofa. Como si los cuerpos de las personas de talla grande fuesen un simple traje que se ponen y quitan a su antojo. La han caracterizado para que se rían de ella, es algo innegable, recurriendo en la trama al argumento de que el personaje es una persona con ansiedad que se dedica a comer y comer, y por dicho motivo termina con unas mayores dimensiones corporales.

Nos metemos entonces ya en otro tremendo jardín, pues están haciendo una doble mofa; por un lado, contra los cuerpos gordos y. por otro, contra un problema tan grande como es el de la ansiedad. Sin embargo, no es este último el tema a debate en este momento.

No cabe asomo de duda de que este hecho es algo humillante y con un fuerte grado de estigma. Desde siempre se ha asumido que los cuerpos gordos son algo de lo que reírse y algo que se puede ridiculizar, como si detrás de ellos no hubiera personas de carne y hueso que sienten dolor y son sufridoras de esos ataques.

Desde la productora parece ser que ha intentado justificarlo alegando que es ese momento Miren Ibarguren estaba en los últimos meses de su embarazo, por lo que no había otra manera de ocultarlo. Traduciéndolo en palabras menos bonitas que las que intentan emplear, el caso es que han preferido disfrazar de gorda a una persona embarazada en lugar de mostrar a un personaje en estado de gestación, para el que podría haber mil motivos que seguro que encajaban igual de bien en la trama. Pero claro, eso no era algo gracioso ni que diera pie a las carcajadas y a que las personas se pudieran mofar desde sus casas y siguieran perpetuando estos patrones de gordofobia.

Y, como no, esa transformación del personaje siempre ligada a que lo único que hace es dedicarse a estar tirada en el sofá medio inmovilizada y comer y comer porquerías. Porque claro, todos sabemos que todas las personas que suben de peso lo hacen por eso…

Añadamos, además, que si lo que querían era contar con un personaje gordo, ¿por qué no han contratado directamente a una actriz de talla grande? No les interesa, porque al representar ese cuerpo real, pero menos normativo, la gente empatizaría más y no daría lugar a la burla exagerada, que al final es lo que busca esta serie.

A fin de cuentas, tampoco puedo decir que es algo que me sorprenda enormemente, pues en esta serie siempre se han caracterizado por hacer mofa de temas tan importantes como la homosexualidad o el edadismo, entre otros.

El afán de reírse las personas no tiene límites, y parece que por ser una serie cómica vale cualquier cosa y los derechos y emociones de las personas pueden ser vulnerados y vapuleados al libre albedrío. Dejemos de fomentar la gordofobia y asumamos de una vez que este tipo de acciones lo único que hacen es seguir invisibilizando a un colectivo de personas que existen, sienten y tienen derecho a ser representadas desde la realidad de sus cuerpos.

 

N.