Como ilustradora, lectora de cómics y friki de Disney que soy no hay nada que me haga más feliz en este mundo que una buena película de animación. Por eso me gusta estar al tanto de las películas que van saliendo o que están por salir. Me gusta investigar, saber quiénes son los artistas detrás de las películas, conocerles a ellos y su trabajo; me encanta ver los concept arts o diseños que adelantan lo que va a llegar y me apasiona ver trailers (sí, soy de las que deja los trailers al principio de las pelis y disfruta viéndolos en el cine).
Sin embargo, por mucho que me duela decirlo, últimamente al cine de animación se le están yendo ciertas cosas de las manos. Gru y sus estúpidos Minions estuvieron bien para una peli o dos, pero pasarse de ahí ya es irse de madre. Al igual que los cochecitos parlantes de Disney, que también tuvieron su cosa pero stop, ya basta. Y ahora a quien se le ha ido de las manos total y sin remedio es a la productora surcoreana Locus Animation que nos trae esta atrocidad de trailer.
Entendemos que la película es un remake del clásico «Blancanieves y los Siete Enanitos» (ay, si los hermanos Grimm levantaran la cabeza…) y entendemos que esta vez la magia está en esos zapatos rojos que, cuando la sexy y preciosa Blancanieves se quita, la convierten en una fea, espantosa, horrorosa y abominable
GORDA
A ver, vayamos por partes. En primer lugar ya solo el trailer es espantoso. Mira que me encantan los guiños dedicados a los adultos en las películas infantiles, sin embargo esto no es guiño ni es ná. Esto es, directamente, de mal gusto. Los superficiales enanos cosifican a una chica que se quita la ropa como si supiera que tiene público para luego morirse del asco cuando ven que Blancanieves es, en realidad, gorda. Amigo Sung-ho Hong (el director de la peli), esto no es ningún guiño dedicado a los papis, esto es simplemente asqueroso. A ver si aprendemos del Genio, que él lo hizo fantásticamente y no ofendió a nadie.
En segundo lugar, el mensaje que nos da la peli es probablemente el peor que nos puede llegar a dar una película de animación infantil (quiero destacar aquí el infantil, ¿va?). Porque todos sabemos que si no estás delgada no puedes ser guapa, y eso es algo que hay que dejarle muy claro a los niños, para que vivan atrapados en cánones de belleza imposibles, para que se nieguen a salir de casa porque no son «correctos» y para que insulten a aquellos que, como nuestra Blancanieves, están gordos y, por tanto, no son guapos ni aceptables en nuestra sociedad.
Sí, estoy tan indignada y cabreada como parece. ¿A quién se le ha ocurrido esta soberana mierda? ¿Es que acaso no nos damos cuenta del daño que puede hacer un mensaje así? Mientras por un lado damos pasos agigantados de la mano de personajes como Mérida o Moana, que no son para nada el prototipo de princesita de cuentos delgada y delicada (que no hay nada de malo en esto tampoco, pero oye, no es lo único que existe) por el otro nos tropezamos, nos caemos y nos rompemos una pierna, un brazo y la nariz.
La verdad es que quiero pensar que la película le dará luego una vuelta de tuerca a toda esta cosa maloliente y gordofóbica, aunque tengo mis serias dudas. Además, solo transmitir con el trailer y las imágenes de presentación del filme esa idea de «oye, que si eres delgada bien pero si estás gorda solo podrás ser fea y tirarte eructos tirada en el sofá» ya hace que esta producción se merezca ir directamente a la hoguera.