La Isla de las Tentaciones se ha convertido en ese programa que está en boca de todos desde que desembarcó en Mediaset. ¿Por qué nos escandalizamos tanto? Estoy segura de que más de una amiga, o por desgracia, tú o yo, nos hemos visto reflejadas en las imágenes de la dichosa tablet jueves tras jueves.

Dejemos las cosas claras, las parejas equilibradas no entrarían en este reality ¿o sí? ¿Cuántas veces te has preguntado si entrarías a la isla con tu pareja? La verdad, es que, si hay confianza, no hay necesidad de pasar por una prueba así, que a fuerza va a hacernos daño.

La Isla de las tentaciones es un reflejo de la sociedad, y, por lo tanto, de las parejas de hoy en día. Las parejas que se forman dándolo todo o nada, sin construir una base con fundamento a la relación, y que, al cabo del tiempo, se vuelve tóxica.

Frases como: ‘’yo es que necesito más vidilla, alguien que me dé más caña’’ de Marina, ‘’él es el centro de mi vida, el único hombre que me pone’’ de Lucía, ‘’esta es la última oportunidad que le doy, ya me ha hecho suficiente daño’’ siendo la cuarta oportunidad de Lara, ‘’la verdad que no pensé que podría conectar con alguien como contigo aquí’’ de Claudia o ‘’yo he hecho todo lo que he hecho, porque no me sentía deseada por mi pareja, tenía una falta de atención, que aquí conseguí’’ de Lola.

En esas mansiones paradisiacas, nadie está libre de pecado y aunque unos hayan actuado peor que otros, nadie es el bueno y nadie es el malo, todos tienen en común el haber intentado mantener a flote una relación tóxica durante años.

Todos tenían dependencia de una u otra manera, ya que, cuando sufres en una pareja, la mejor solución es dejarlo y no tapar los problemas o, mucho peor, ser infiel; o salvar tu relación de una manera sana, de la mano de un profesional. De la mezcla de inseguridad en uno mismo y desconfianza en el otro, se crea una bomba atómica, que te puede destrozar por dentro poco a poco, ¿lo peor de todo? No te das cuenta, porque cuando ese momento llega, sientes que es demasiado tarde para reunir un par y acabar con la relación.

Nadie dice que hay que abandonar cuando las cosas se pongan feas, hay que comunicarse, y la comunicación es bastante pobre hoy en día entre nosotros. La sinceridad se infravalora o se lleva al extremo, y los extremos nunca fueron buenos. Cuando las cosas se ponen feas, la gente decide huir, ser infiel o cerrarse completamente a la otra persona, pero sin romper la pareja, porque esa sensación de ‘’estar en pareja’’ crea una falsa seguridad, aumentando nuestras carencias sin ni siquiera darnos cuenta.

Hay que empezar a construir una relación desde las bases de la confianza y la comunicación. Hablar abiertamente con nuestra pareja si algo nos molesta o nos hace daño, y si le parece mal y no está dispuesto a ayudarte a trabajar en tus inseguridades, la respuesta está clara, ¡que le den!

Las infidelidades ocurren porque algo no va bien en la relación, pero en muchas otras ocasiones, es porque gusta gustar o por el simple hecho de la novedad, y siento decirte, que, si ese es tú caso o el de tu pareja, las cosas no pintan bien… La Isla de las Tentaciones tiene que ser observado desde un punto de vista crítico, y aprender de sus errores.

Déjame darte un simple consejo, si esa persona te da más de lo que tu ya tenías, lucha por ello; si en cambio, esa persona, no te da más y encima te resta, estás perdiendo tu tiempo.

 

Nora García