Nunca me he sentido especialmente acomplejada por mis ojeras, pero desde que trabajo más que un reno en navidad, la verdad es que no hay manera de que las jodidas se vayan. He probado mil correctores pero aún así siguen ahí, así que pensé que unas buenas extensiones de pestañas me iluminarían un poco la zona.

Y como no es lo mismo contarlo que vivirlo, voy a pasar 21 días con pestañotes a lo Kylie jenner.

Día uno: La operación

¿Pero esto que es? ¿Y si me meten la pinza dentro del ojo? ¿Duele? ¿Y qué le pasa a mis pestañas naturales, se caen?

¿Se puede cancelar la cita?

Día uno: Un poquito más tarde.

¡Hostias! Pero si me deja pestañones, Si parezco la hermana guapa de Irma. ¿Por qué nadie me ha hablado de esto antes? ¿Hay un club secreto de extensiones de pestañas y yo no me he enterado? Porque ahora que me fijo TODAS las tías que me encuentro las llevan. emosío engañao.

Día tres: I’m sexy and I now it

Mis pestañas me han convertido en un ser sediento de reflejos. Cualquier superficie que funcione como un espejo es un buen lugar para admirarse. El móvil, una cuchara en el descanso del trabajo…me siento como una diosa del olimpo.  Pd: Suelo llegar tarde al trabajo por las mañanas porque me quedo perfeccionando mi guiño erótico-festivo delante del espejo.

Primera Semana: sayonara baby

Querido rímmel, tengo algo que decirte.  VEO UNA VIDA NUEVA Y TÚ NO ESTÁS EN ELLAAAAA.

Grasias.

 

Segunda semana:  is it too late now to say sorry?

Regresa a mí, quiéreme otra vez, borra el dolor que al irte me dio cuando te separaste de miiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiií

Ha pasado lo peor. Han empezado a caerse las pestañas. Primero una en la almohada, cuando la toqué su cuerpo estaba aún caliente.

Me cuesta hablar de ello sin llorar, pero aún quedan algunas. Lo haremos lo mejor que podamos.

Tercera Semana: Me recuerdo al árbol de navidad de mi madre.

Me he convertido en aquello que juré destruir. El árbol de navidad de mi madre, el gato bigotes de mi vecina y yo tenemos algo en común y no es que nos gusten las bolas:  Estamos despeluchaos. Acabados.  Volver a la normalidad es peor que un lunes después de vacaciones. Mi guiño erótico-festivo ya no surje efecto. Solo puedo contemplar antiguos stories de instagram y fantasear con tiempos mejores.

 

Cuarta Semana: Hello again baby

¡HE RESURGIDO! ¡HE RENACIDO DE ENTRE MIS CENIZAS! He vuelto a la vida celestial con forma de diosa con pestañas kilométricas. ¿Es esto el paraíso? ¡Sí! ¿Voy a tener que comer macarrones todo el mes? ¡También!