Si amigas, hoy vengo a hablaros del terrible Ghosting, ese que nos persigue a todas las solteras que estamos intentando conocer a alguien especial o simplemente echar un polvete, que después de este confinamiento no nos va a venir ni tan mal.


El problema viene cuando, si antes ya nos lo hacían, se interpone una cuarentena en casa de dos meses.
Ahí, viene el drama.


Porque pueden plantearse varias situaciones y todas acaban con lo mismo: tu maromo desapareciendo cuál Casper en la lejanía.


Nos podemos encontrar con muchísimos tipos de Ghosting, después de hacer un intenso estudio entre mis amigas tinderianas en estos días y mi propia experiencia personal (claro está) he llegado a la conclusión de que los más comunes son cuatro:

1- El “uy casi”


Ese ligue que tenías antes de la cuarentena y que justo ibais a quedar la semana que nos obligaron a quedarnos en casa. Antes pasabais horas hablando y cuando empezó la cuarentena parecía que la cosa iba bien hasta que pasó la primera semana. Después, ahí está, missing. 

No contesta a tus mensajes, no da señales de vida, pero ves que está activo en redes, por lo tanto, te olvidas y le dejas de seguir mientras te comes una pizza. Porque sí, nos habíamos ilusionado.


2- El maromo cuarentenil


El tiempo pasa y tú te aburres en tu casa cual ostra, así que te pones en tinder pim pam pim pam. ¡Toma, match! Empezáis a hablar y parece un tío súper majo; ¡qué guay! 

Habláis de la cuarentena, de lo que hacíais antes y lo que queréis hacer después e, incluso, planeáis cómo podría ser vuestro primer encuentro. Os tiráis hablando qué sé yo, semanas e incluso los dos meses de la cuarentena y, ahora que se empieza a ver la luz… “¿Bobby? ¿Bobby, estás ahí?”. Missing de nuevo.


3- El ansias


Este es un patrón repetido, da igual si hablabais desde antes de la cuarentena o después.
Empezáis a hablar y el chaval solo te propone saltarte la cuarentena para echar un polvo, cuando le repites por activa y por pasiva qué no (no por falta de ganas, porque eres responsable, aunque por dentro estés diciendo: “ay si esto me hubiese pasado antes”), de repente, no vuelve a dar señales de vida. Pero, ojo, te metes en redes sociales y el susodicho te ha eliminado, ¿what happend in your mind, bro?


4- El sí pero no


Empezáis a hablar todo pinta bien, sin agobios, conversaciones fluidas, de cualquier tema, etc… Al día siguiente no habláis (por lo que sea no tiene por qué pasar nada), y os tiráis sin hablar 2/3 días. Al cuarto le escribes, te contesta y otra vez súper bien, hablando de miles de cosas. Repite este patrón durante un mes entero. Si, amigas, eso también es ghosting, si le interesas, te escribe el también. No te engañes, que te conteste a tus mensajes, no es escribirte.



Dos meses dan para mucho, y si eres de las que está aprovechando este tiempo para encontrar a tu media porción de queso (bendito queso) puede que os hayan podido hacer alguno de estos, o incluso os han podido hacer todos, como a mí, y no pasaría nada, no nos rendimos, seguimos intentándolo.


Resistiremos, porque aunque parezca que ellos van a academias para aprender sobre este maldito arte de desaparecer y cada día lo tengan más integrado en su ser, tiene que haber alguna persona por ahí que dos meses no sean suficientes para quitarle las ganas de conocer a un bombón como tú.

Sara Zarco

 

Si quieres probar suerte y probar Meetic, pincha aquí