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Seguro que ya habéis leído por ahí alguna crítica o alguien os ha recomendado ver la serie de Netflix ‘Los Bridgerton’ y, por tanto, ya os hacéis una idea del magnífico trabajo de vestuario, de la cuidada ambientación, de sus variopintos personajes, de su tono feminista, etc.

Probablemente existen mil motivos por los que recomendar y ver esta serie, no lo pongo en duda, pero a mí se me ocurre solo uno (y más que suficiente):

Simon Basset, Duque de Hastings.

O Regé-Jean Page, el actor que lo interpreta y por el que merece la pena ver cada segundo de los ocho capítulos de Los Bridgerton, pagar la cuota de Netflix de un año, o dos, y las ocho bragas que tires carbonizadas a la basura. Si es que tienes el aguante necesario para deleitarte con un solo capítulo al día.

Las que habéis visto la serie sabéis de lo que hablo.

Las que no… ¿A qué estáis esperando, insensatas?

No perdáis ni un solo minuto más, corred a disfrutar de la contemplación, en la pantalla más grande que tengáis, del porte y los andares de este chulazo decimonónico por el que mancharíamos de lodo nuestras enaguas al atravesar corriendo, y bajo la lluvia, los páramos que nos llevarían a su hacienda.

Grrrrr… empótranos contra las columnas de la glorieta del jardín sur, oh Duque de Hastings, Conde del Furor Uterino.

Gracias Shondaland, Netflix, responsables de casting y guionistas. Gracias por dar el papel a este hombre y dejarlo a pecho descubierto en la mitad de sus apariciones. Que yo desconozco hasta qué punto el boxeo era popular entre la nobleza del Londres de la Regencia, pero el codiciado y soltero Duque de Hastings, cuando no nos nubla la razón con esos sugerentes y ceñidos pantaloncitos de montar, nos vuelve locas con las numerosas escenas que transcurren en un cuadrilátero. Ay, ese torso desnudo y esos brazos que piden a gritos que les claves las uñas.

No, no, si no hace falta que te la pongas…

Pero este hombre no es solo su físico. El 90% del cuelgue que tenemos con él se debe a esa mirada seductora que tiene, casi siempre con una ceja alzada. Madre mía, te pone esos morros, te mira, levanta una ceja y, zasca, te deja preñada sin tocarte un pelo. Y encima el personaje… Que no quiero hacer spoiler, pero imagino que no revelo mucho si digo que es de esos de los que enamoran hasta a la más dura. Ya sabéis, chico guapo inalcanzable con un puntito sobrado y socarrón, pero que, a poco que escarbes, deja entrever un gran corazón.

Así es, amigas, el chaval es para escribirle una canción. Me sale la Shakira que llevo dentro y le canto ‘mira qué cosa bonita-qué boca más redondita-me gusta esa barbita’. En serio, cómo le queda la barbita.

Ains, esa ceja levantá…

Dicen los rumores que está muy arriba en la lista de posibles candidatos a interpretar al siguiente James Bond. Me lo estoy imaginando en traje y saliendo de un Aston Martin Vanquish…

No sé de quién dependerá, pero, yo lo veo, eh.

En fin, que me lío.

Os recomiendo que veáis ‘Los Bridgerton’ porque es una suerte de ‘Orgullo y Prejuicio’ diverso y subido de tono que entretiene y engancha desde el mismo ‘tu-tun’ del inicio.

Y protagonizado por Regé-Jean Page, el hombre del momento.

 

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