TIPOS DE PIROPOS

 

Decir piropos es un arte. Y un arte que no se aprende, además. O sabes o no sabes. Aceptarlos con gracia ya otro nivel. Porque hay piropos de esos que te dejan una cara de panoli que no sabes si darle las gracias o una hostia

Hay piropos chabacanos, de esos que se te revuelve todo hasta que te sale por la boca un “gilipollas” y ya te quedas más a gusto.
No hace falta poner ejemplos, todas la que hemos pasado alguna vez por delante de una obra sabemos cuales son. 

Hay piropos sinceros que son los que suelen decirte tus amigas y la gente que te quiere con la mejor de sus intenciones y que aceptas feliz de la vida porque sabes que lo dicen con el corazón en la mano y que vienen de gente que te conoce y quiere.

Mi ranking top tres de esta categoría son: “Eres de las personas más importantes de mi vida”, “Te admiro por como eres”, “No cambies nunca”. 

Es que, a mí, me dicen algo así, sabiendo que es sincero y me derrito ahí mismo. 

Luego están los piropos que suele tirarte tu madre o tu tía, la de Oviedo, que ahí ya dudas más de sus intenciones y que siempre te dejan un regusto raro. Son más bien puñaladas disfrazadas de piropos. Tipo “con lo lista que eras de pequeña y que no hayas terminado la carrera…” o “que mala suerte tienes con los hombres, no te dura ninguno. Con lo guapa que eras…”. Esto son los piropos que no necesitamos. Yo los llamo los piropos puñalada

También están los piropos ebrios, que son los que nos dicen y los que decimos en plena exaltación de la amistad después de dos copas. A mí me encantan, pero no hay que hacerles mucho caso, pues, aunque digan que los borrachos y los niños no mienten, gritarle a una chica cualquiera que has conocido en el baño que es tu amiga del alma solo porque se sabe la letra de tu canción favorita no es del todo realista. 

Por otro lado, tenemos los piropos interesados. También sabemos todos cuales son. Son aquellos que están infinitamente manidos y que se utilizan para ligar. Aquí hay diferentes grados. Pueden ir desde “que ojos más bonitos tienes” (que siempre me dan ganas de responder: sí, dos, uno al lado del otro), al “nunca he conocido a nadie como tú” y sabes que se lo ha dicho al menos a tres tías más esa misma noche. 

Bueno, no están mal. Cumplen su utilidad y son inofensivos. Te pueden alegrar para un rato si estás en el mood.

Y por último están los piropos con coletilla ( o como yo los llamo, los piropostias) que son aquellos que salen de la boca de personas, en general, bastante torpes y que quieren darte un cumplido, de verdad que sí, pero, como decía al principio, decir piropos es un arte y si has dicho algo bonito, pues déjalo ahí, no sigas, que la cagas, Mari Puri. Pero no, Mari Puri sigue y hace un estropicio.


Dentro de esta categoría tenemos el “Te conservas muy bien para tu edad”, el siempre clásico “has salido muy bien en la foto, no pareces tú” o el que me suelen decir a mí, que me encanta “estás estupenda…para haber tenido cuatro hijos».

Siempre me quedo con cara de tonta porque no sé si me está diciendo que estoy estupenda o solo si me comparo con las que han tenido cuatro hijos.

No, mal, muy mal.

 

Burotachos