Es complicado encontrar buenos lugares en los que sacar fotos, sobre todo si (como yo) te da un poco de vergüencita el estar poniendo poses resultonas en mitad de la calle mientras los transeúntes pasan por tu lado comentando. Que una lo hace por el bien de su Instagram, pero cómodo, lo que se dice cómodo, no es.

Cuando supe de la existencia de IKONO no lo dudé: iba a presentarme allí y aprovechar los distintos escenarios que ofrece para tirar de carrete en redes sociales hasta el día de mi muerte. Había visto algunas fotos, vídeos en TikTok y más o menos sabía qué podía esperar del espacio.

Superó todas mis expectativas.

IKONO tiene una variedad de salas que hace que sientas que vas saltando de una realidad a otra. Bosques, una gigantesca piscina de bolas, una zona llena de confeti, un espacio oscuro lleno de farolillos flotantes, un baño rojo a rebosar de espejos, una extraña escalera que parece conducir al fondo de una garganta… Todo es diferente, divertido y salen unas fotos espectaculares en cada zona. Como bien anuncian en su web: es un espacio muy sensorial, donde todos los sentidos juegan un papel importante y donde puedes permitirte ser creativo y experimentar.

Nosotros tuvimos la suerte de ir una mañana entre semana y no había nadie, así que pudimos pasar bastante tiempo en cada espacio, lejos de las miradas de todo el mundo. Disfrutamos como críos y no tuvimos que preocuparnos de esperar o entorpecer la visita de nadie. ¡Lo recomiendo para cualquiera que le apetezca hacerse una sesión de fotos diferente y no sepa dónde!

Ah, y mención especial a la piscina de bolas de la que casi no consigo salir. ¡Es enorme!

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ANA G.A.

 

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