El aseo íntimo no debe tomarse a la ligera. La flora vaginal es un sistema de defensa extremadamente elaborado que no debe ser perturbado por métodos invasivos o agresivos.


Su equilibrio se basa en una acidez específica y en la presencia de bacterias protectoras que deben mantenerse absolutamente en su estado actual, para no correr el riesgo de sentir picor o incluso quemazones y ver la aparición de infecciones u hongos si se altera. 

Por tanto, la precaución y las buenas prácticas son esenciales en este tipo de higiene.

El aparato reproductivo de la mujer y su importancia

El sistema reproductivo femenino produce óvulos, anida el óvulo fertilizado y desarrolla el embrión y el feto hasta el nacimiento. 

Sus principales órganos son los ovarios, el útero, la vagina y las trompas de Falopio. Los genitales externos (vulvares) incluyen los labios mayores, los labios menores, el Monte Venus, el clítoris, el vestíbulo y la hendidura de la vulva.

El óvulo producido por los ovarios contiene la información genética que la madre transmite al feto. El óvulo recién liberado viaja a lo largo de la franja ovárica y entra en la trompa de Falopio, donde es fecundado por un espermatozoide. 

Durante las relaciones sexuales, los espermatozoides de un hombre se mezclan con el líquido generado por la vesícula seminal y la próstata para formar el esperma, que después fertiliza al óvulo.

Durante la eyaculación, se transporta a la uretra y se libera a través de un orificio, el meato, situado en la punta del pene erecto. Una vez que el semen se deposita en la vagina, estos suben por el útero hasta la trompa, donde sólo uno de ellos fertiliza al óvulo fértil.

El fertilizado, o cigoto, desciende a lo largo de la trompa y se adhiere a la pared del útero en un proceso que dura aproximadamente tres días.
Es allí donde, durante el embarazo, será alimentado y transformado en un embrión y, más tarde, en un feto. 

Una vez completado su desarrollo, después de unos nueve meses, las contracciones musculares, conocidas habitualmente como parto, expulsarán al feto de la matriz por el canal vaginal hacia el exterior.

¿Cómo hacer una limpieza íntima y qué productos utilizar?

Dada la fragilidad del ecosistema del aparato femenino, la limpieza íntima es parte de la vida diaria de cada mujer y es importante tener especial cuidado para evitar el riesgo de irritación e infección.

Aparte de los gestos de higiene que se deben respetar, también es posible adoptar algunos hábitos a diario para asegurar una buena higiene sin riesgos.

Consejos para una buena higiene íntima

En primer lugar, lavarse con demasiada frecuencia no es recomendable ya que aumenta el riesgo de destruir el equilibrio de la flora vaginal. Idealmente, una limpieza debe hacerse una o dos veces al día, si ha participado en una actividad deportiva o si ha tenido relaciones sexuales.

El lavado debe realizarse siempre de forma superficial para evitar cambiar el pH de la zona. Es mejor lavarse con la mano y no usar paños, ya que son verdaderos nidos de bacterias. 

Para evitar la aparición de estos microorganismos, la mujer debe asegurarse también de enjuagarse y secarse bien antes de vestirse.

Reflejos de higiene íntima en la vida diaria

Aparte de la limpieza, también existen técnicas diarias fáciles de realizar que ayudarán a mantener el equilibrio de la flora vaginal. En primer lugar, evitar usar ropa interior sintética y muy ajustada. Por el contrario, se debe optar por una interior de algodón que deje respirar la piel.

También tratar de cambiar el tampón como máximo cada seis horas y cambiar las toallas regularmente durante la menstruación. Finalmente, después de la relación sexual, es muy importante un muy buen lavado vaginal.

¿Qué productos utilizar?

Entre los muchos productos de ducha que hay en el mercado, existen unos que son exclusivos para el cuidado de las mujeres, sobre todo para la parte íntima. Para evitar que la zona se reseque, se recomienda evitar los que son nocivos y utilizar un jabón especial para las zonas íntimas de uso diario.

Los jabones antibacterianos se reservan exclusivamente para el lavado en caso de infección. Una vez que haya desaparecido, es importante evitar el uso diario de este jabón.
Es fundamental tener en cuenta que los productos disponibles en los supermercados y farmacias están especialmente adaptados a la fisiología de la mujer.

Las toallitas íntimas son muy prácticas porque se pueden llevar a todas partes y son fáciles de usar. Los productos ecológicos también son muy populares, porque además de respetar la flora vaginal, respetan el medio ambiente.

El aseo íntimo de las niñas

La higiene íntima de las niñas sólo debe limitarse a la vulva y al área alrededor de la vulva. No es necesaria una limpieza a fondo de los labios mayores y menores: un poco de agua es suficiente.

  • Con qué lavar: el uso de un jabón perfumado, un detergente limpiador, un antiséptico y especialmente duchas vaginales no son recomendables. Es importante saber que la vagina es naturalmente autolimpiante y que una limpieza demasiado intensiva podría destruir la flora protectora natural y causar irritación, infecciones por hongos o cualquier otro tipo de microorganismos.
  • Cómo lavarse: la limpieza íntima se realiza con un producto suave, por ejemplo un jabón dermatológico con PH neutro que respeta la acidez propia de esta zona del cuerpo.

 

Después de esta limpieza, es necesario secarse cuidadosamente, evitando toallas o guantes, a menos que se cambien todos los días. Lo ideal es usar papel higiénico que se deseche.

Baño durante la menstruación

Durante la menstruación los baños excesivamente espaciados pueden causar infecciones. En ese período se debe llegar a lavar dos o tres veces al día, sobre todo si se utiliza un jabón dermatológico.

Contra los olores corporales

El agua ligeramente jabonosa del baño o de la ducha elimina las huellas de la transpiración, las impurezas y ciertos microbios presentes en la superficie de la piel.

Durante el verano

Cuando se ha dado un baño en el mar o la piscina se debe tener cuidado de no permanecer demasiado tiempo en un traje de baño húmedo. El agua clorada o salada puede irritar la piel y producir infecciones urinarias.

Otros consejos:

  • Después de usar el inodoro: se debe limpiar de adelante hacia atrás para evitar la siembra de heces en la vulva y la vagina por parte de la flora fecal.
  • En el momento de la menstruación sólo se recomienda el inodoro porque la sangre podría llevar un riesgo de crecimiento microbiano y, por tanto, de infección.
  • Sólo en el caso de relaciones sexuales múltiples, y después de una relación sexual anal, se necesita un inodoro para el proceso de higiene.

Referencias:

https://www.esalud.com/aparato-reproductor-femenino/

https://www.elsevier.es/es-revista-offarm-4-articulo-higiene-zona-intima-femenina-13082893