Todos sabemos que llega el verano y empiezan las noticias sórdidas. Todo el mundo se larga de vacaciones (incluso los políticos que están muy cansados no formando gobierno) y los titulares se reducen a informar sobre el calor que hace (gracias, no lo habíamos notado), las medusas que aparecen en las playas y las vacaciones de la Casa Real. Así de aburridos están nuestros periodistas, así que una pensaría que cuando tienen la oportunidad de hacer un buen trabajo, como cubrir unos Juegos Olímpicos, darán lo mejor de sí mismos.

Nada más lejos de nuestras expectativas, especialmente en cuanto a deporte femenino se refiere. ¿Para qué hablar del rendimiento deportivo de las atletas? Para eso ya están los chicos. Es más interesante comentar el aspecto físico de las mujeres, cuanto pesan, si están buenorras o no, mirar si encontramos fotos en bikini e informarnos de quienes son sus maridos. Y así, en menos de una semana de Juegos Olímpicos, la cobertura por parte de los medios ha sido tan machista que hasta podemos escribir un artículo sobre ello. Luego dirán que ya no hace falta el feminismo.

Buenorras internacionales

Claro que sus posados en diversas revistas también han contribuido al repunte de popularidad. El sexappeal del deporte.

Ya empezamos calentando motores hace una semana con un maravilloso artículo de El Mundo que se titulaba «La lista de buenorras internacionales en los Juegos Olímpicos de Río» y digo «se titulaba» en pasado porque ante el aluvión de críticas, el periódico decidió en menos de una hora cambiar el titular a un «La lista de las atletas olímpicamente atractivas». Suponemos que si todas las chicas de esa lista van a estar en Río es por su grandes logros deportivos, sin embargo, en lo que se fija el periodismo es en cómo les queda el bikini, dejando de lado cualquier otro mérito. ¿Para qué iban los hombres a querer ver el deporte femenino si no?

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PD. Luego para disimular, crearon también una lista de los atletas hombres más atractivos, claro.

Todas gordas: la portera, la gimnasta y las italianas de tiro con arco

Almeida pesa 98 kg en un cuerpo de 1,70, unas proporciones que son infrecuentes en el balonmano de elite.

Bueno, ese no es exactamente el titular del artículo sino «Teresa Almeida, una portera sin complejos«. Aún no entendemos demasiado por qué una deportista que ha conseguido llegar a unos Juegos Olímpicos y que además forma parte de un equipo ganador debería estar acomplejada. El autor del artículo debía tener un rato libro y decidió informarnos sobre los 98 kilos y 170 centímetros de la portera. Que está fenomenal, es una gran portera, acertada, flexible y con buenos reflejos pero EH, ESTÁ GORDA. NOTICIA. Además aporta el dato interesante de que la chica quiere adelgazar para entrar en el vestido de novia. (Que digo yo que podía buscar un vestido de su talla en vez de encogerse ella, más fácil ¿no?). Viva el periodismo de calidad. Sí, señor.

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Éramos pocos y se unió el Community Manager a la fiesta informando en redes sociales sobre el peso, la altura y añadiendo unos graciosos emojis de hamburguesas y patatas fritas al final del Tweet. Guiño, guiño. Ya sabemos todos que si esta chica esta gorda es porque come como una cerda y aunque sea olímpica seguro que no se cuida nada.

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Por suerte, el autor del fantástico artículo encontró pronto temas de mucho más interés. En otro de sus artículos nos cuenta la curiosa historia de Greg Van Avermaet un ciclista al que un adivino le había augurado la victoria hace muchos años. El periodista ha hecho una gran labor de investigación en la historia de sus familias y se ha preocupado de listar los grandes logros de Van Avermaet pero, mira qué curioso, se ha olvidado contarnos cuánto mide, cuánto pesa y si tuvo que adelgazar para meterse en su traje de novio (de hecho, no sabemos ni si está casado).

Pero atención que Teresa no es la única gorda de los Juegos Olímpicos. También tenemos a la mexicana Alexa Moreno. Alexa competía en gimnasia artística, una disciplina donde raramente se ve representado México pero resulta que los mexicanos lejos de alegrarse estaban más interesados en comentar las carnes de su compatriota. BIEN, MUY BIEN.

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¿Cómo se le ocurre a la gente GORDA competir en unos Juegos? Hay que ver...
¿Cómo se le ocurre a la gente GORDA competir en unos Juegos? Hay que ver…

 

Y por si no había suficiente con el Marca y los mexicanos, en Italia también se apuntan al carro llamando a tres chicas del equipo de tiro con arco «cicciottelle», es decir, gordas. Poco importa que casi hayan conseguido la medalla de bronce, todo queda oculto detrás de sus carnes porque, ya se sabe, es sorprendente que una gorda haga deporte. Body shaming para todas, queridas.

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Detrás de una gran nadadora siempre está… su marido

Nadas 400 metros a toda hostia, pulverizas el récord mundial, rebajando la marca en dos segundos, y según acabas la carrera, la cámara enfoca a tu entrenador -que además es tu marido- y el comentarista exclama, lleno de júbilo, “¡¡ahí está el hombre responsable!!”.

Os presentamos a Katinka Hosszu, nadadora natural de Hungría, que hace unos días reventó el récord mundial de 400 metros combinados reduciéndolo en más de dos segundos. Casi nada, ¿verdad? Pues hay quién cree que el mérito no es del todo suyo. Dan Hicks, periodista deportivo de la cadena NBC, considera que el marido de Hosszu (que también es su entrenador) es «el hombre responsable» de su logro. Curioso que las medallas de Michael Phelps no sean mérito de Bob Bowman pero el récord de Hosszu si sea de su marido. Muy curioso. Oye, que la chiquilla ha ganado una medalla de oro pero vamos a enfocar a su marido un buen rato que es un hombre.

 

 

La mujer del tío ese que juega al fútbol americano

Wife of Bears’ lineman wins a bronze medal today in Rio Olympics

La nadadora húngara al menos tiene nombre, la chica que ganó el bronce en tiro deportivo es simplemente «la mujer del liniero de los Chicago Bears». El Chicago Tribune se cubrió de gloria aprovechando la medalla de Corey Cogdell-Unrein (¿demasiado complicado para el autor del artículo?) para hablar sobre la carrera del jugador de fútbol. De hecho, el tweet que llevaba al artículo ni siquiera mencionaba en qué deporte había ganado Cogdell-Unrein la medalla.

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Gracias Río, seguiremos esperando perlitas.

 

Imágenes || El Mundo, Marca, Twitter, BuzzFeed, Lettera 43