Calorcito, terracita, veranito, en cuanto suben las temperaturas aparecen muchas cosas acabadas en -ito que me producen pavor.  ‘¿Pero tíaaaa cómo puedes odiar el veranoooo?’ Pues sí, lo único que me gusta del verano es que hay vacaciones (si las hay, claro) . 

Voy a demostraros cómo vemos los haters del verano (la gente normal) todas esas cosas ‘ideales’ que veis los fan fatales de las altas temperaturas. Y no voy a entrar en los problemas de las XL, porque eso da y dio para otro post maravilloso.

1. Terrazita al solecito o morir achicharrado mientras te atracan a mano armada.

Una cerveza al sol parece un buen plan, pero cuando hace más de 25 grados el sol comienza a calentar demasiado, sudor, sillas que se recalientan. Buscas la parte de sombra de la terraza, pero ya está ocupada por gente más avispada que tú y que no se ha dejado engañar por ‘ay sii, qué agustito al sol’. Y todo esto mientras te cobran un suplemento de terraza con el que podrías haberte tomado cuatro cervezas más en un bar menos cuqui y con menos terraza.

2. Comida en el campo  o comida por los mosquitos.

Realmente comer en el campo es un planazo con amigos. Pero, ay urbanitas, cuánto se nos olvida lo que hay en el campo. Moscas cojoneras y mosquitos. Mosquitos hijosdeputa que te atacan en silencio. Qué bien nos lo hemos pasado en el campo, qué picaduras tan hermosas me traigo de recuerdo. Y diréis, ¿por qué no te compras un repelente de mosquitos?. Pues es que resulta que todavía no tengo alma de coronel Tapioca, soy una chica de ciudad y el primer día de verano que voy al campo, me acuerdo más de comprar la suficiente cantidad de cerveza y de tener un vestido de cuadros vichy apropiado que de preparar el kit de los jóvenes castores.

3. Ropa ligera y fresquita o ropa llena de sudor.

La gente que dice que vestirse en verano es super cómodo, desde luego no tiene problemas de rozaduras y no deben sudar nunca jamás. Vale, lo de los camachos lo puedes superar con un vestido de tirantes.. ¿seguro? Los camachos son capaces de salir por cualquier parte. Los días en los que aprieta el calor puedo llegar a cambiarme cuatro veces de ropa. Sudor, olor, calor. Joder, qué asco la ropa de verano.

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4. En verano voy con la cara lavada o voy con maquillaje derretido

Maquillarse en verano es un suplicio. Especialmente, si tu cara es pálida y ojerosa. Y encima no te gusta tomar el sol. Mi rostro en verano es igual que mi cara de invierno, así que algo de maquillaje es necesario siempre. Y siempre acaba pegado a las gafas de sol o derritiéndose en tu cara y lo vas notando como se funde con tus poros, esos que tanto te cuesta limpiar. Y te da más y más calor porque te imaginas que está ahogando tu piel y te angustias. Al día siguiente sales con la cara lavada, te miras al espejo y piensas, uff luego me maquillo y volvemos a empezar.
Y aunque el maquillaje te aguante bien, los brillos siempre te acompañan. El mínimo calor es necesario para que a los dos minutos de salir de casa, tu zona T resplandezca de grasa.

5. Calorcito o calorro

¿En serio? ¿Por qué a la gente le gusta pasar calor? CALOR, de verdad. No comprendo a esas personas que se pasan horas y horas cual lagarto tomando el sol. O que son felices saliendo a pasear a pleno día por el sol. Sed, sudor, atontamiento, cansancio, posibilidad de morir por un golpe de calor. No, pasar calor no es bueno.

 

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6. Día de playa! MUERTE A LA PLAYA Y A SU ARENA Y A LA GENTE GRITANDO

Odio la playa. Me encanta estar en un sitio de playa, el mar cerca y tal. Pero estar en una playa, rebozándome en arena, pasando calor, sufriendo gritos de señoras y niños, balonazos pasando por tu cara. No. O te vas ultracargada con sillas, sombrilla, neverita para poder sobrevivir (andar cargando semejantes bártulos, no me parece tampoco un planazo) o te buscas una calita desértica sin gente pesada, pero en la que también hay arena que se va a meter en tu sandwich de pavo que estaba fresco en casa y ahora huele mal.

 

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7. Las sandalias y alpargatas son súper cómodas hasta que todo huele a pies

Cómo mola ir en el metro y que el de al lado huela a sudor y pies. Esto puede pasar también en invierno, pero en verano la cosa se pone extrema. Si ya la llevamos clara con los que pasan de la ducha diaria de normal, imaginad como huelen en veranito

8. Las noches de verano son lo mejor! Lo mejor para no pegar ojo!

Mis veranos en Madrid los recuerdo encerrada en casa hasta las 9 de la noche porque no se podía hacer nada antes. Es el único momento del día veraniego que mola , entre las 9 de la noche y el momento de irse a dormir. Entonces empieza la tortura, al principio tu sábana está fresquita, pero al rato te parece estar tapándote con la capa de Lucifer. Te destapas, empiezan a entrarte los calores, el agobio porque al día siguiente tienes que ir a trabajar sí o sí, a nadie le importa que el calor no te haya dejado dormir. La ventana está abierta de par en par, te asomas, ni una brisita. Cómo molan las noches de verano.