Una famosa que sube las fotografías que le salen del mondongo a sus redes sociales y -¡BOOM!- cientos de haters poniéndola verde por el motivo que sea. Si está muy delgada porque le hace falta un cocido, si está por encima de su peso porque qué asco, si se ha cambiado el color del pelo pues estaba mejor antes… y así todo el santo día juzgando el físico de las mujeres porque sí, porque están ahí para eso. Encima cuando una intenta defenderse también está mal porque menuda borde de mierda y nosequé de la libertad de expresión. La tónica habitual de Instagram y la puta vergüenza que no nos cansamos de denunciar.

Anabel Pantoja es una de las muchas que sufren este tipo de acoso diario y que tienen que lidiar con usuarixs tóxicos que lo único que pretenden es sentirse mejor con ellxs mismxs humillando gratuitamente a lxs demás con técnicas propias de los 13 años. La foto de la última polémica es la siguiente (observarla bien y explicarnos qué coño tiene de malo, porque de verdad que nosotras la vemos muy bonita y natural)…

Lo genial de Anabel (y lo digo yo que soy cero pantojista pero creo que una cosa no quita a la otra) es que, pese  los comentarios malintencionados, se está currando su propio discurso y está abrazando el body positive muy a tope con el consecuente apoyo de gran parte de sus seguidorxs que la aplauden y animan (como debería ser todo el rato, joder… hay esperanza). Y nosotras estamos muy contentas de que haya sido tan valiente como para mostrar su cuerpo sin retocar sabiendo la que se le venía encima, porque el camino se hace al andar y una de las armas más poderosa que tenemos para hacer frente a todxs estxs desgraciadxs es nuestra propia autoestima.

Le increpan por enseñar su barriga y llegan a preguntarle si es que está embarazada o qué onda. Le dicen que esta gorda, fea, que parece una ballena. Le recuerdan que se ha operado para estar más delgada y que no hace mucho pesaba más que ahora. Le llaman la atención por pretender abanderar el movimiento curvy, después de haber retocado muchas de las fotos de su feed. Esto pasa cada vez que tiene la osadía de desafiar a los haters subiendo una foto suya con poca ropa y no lo podemos entender, ¿por qué tanto odio?. También necesitamos que nos expliquen en qué momento esta señora se ha erigido líder de nada solo por subir una puñetera foto a su cuenta de Instagram. Además nos parece importante recordar que cada mujer vive su propio tiempo de cocción y que no es lo mismo ser una persona anónima que estar metida en el mundo del espectáculo, así que nos parece muy injusto meter el dedo en la herida de esta manera.

Querida Anabel: estás estupenda. Se nota que estás orgullosa de lo que eres, al margen de todo lo que quieras cambiar, y eso te llena de una energía poderosísima. Y es maravilloso ver, a través de ti, cómo el amor propio y la autoaceptación transforma la visión que tenemos de nosotrxs mismxs, cómo dejamos de machacarnos, cómo nos mostramos al público de manera natural y exponiendo todo lo que nos acompleja porque es parte de nuestro proceso.Aceptar nuestros cuerpos y todas esas supuestas imperfecciones que se han preocupado en grabarnos a fuego en el cerebro no es nada fácil, así que lo más prudente sería intentar no juzgar tan a la ligera. También es maravilloso ver cómo, cada vez más, la gente hace frente a esos abusones de internet, abogando por la diversidad corporal y construyendo unas sinergias preciosas de transformación social.

Mide tu educación y tu dignidad. 

No tu talla.