La personalidad y el carácter de una mujer, hoy en día, se valoran (que se me permita generalizar, por favor) de dos maneras:

  1. Quiere algo conmigo (algo = implica efusividad carnal y pasión desenfrenada).
  2. Quiere algo conmigo (conmigo = su simpatía solo tiene lugar en mi presencia).

¿Dónde está el botón de alarma más cercano? Quiero pulsarlo y que se cierren todas las puertas de seguridad con esa clase de hombres dentro. Pero pongámonos en antecedentes, porque, probablemente así, in media res, no se ha entendido nada.

Soy simpática por naturaleza y, ante todo, educada, cosa que no debería pasar de moda. Sin importar el contexto, serlo puede llevar a equívocos y a excesivas muestras de cariño que, yo por lo menos, no deseo de un completo desconocido. No si ese desconocido no es Álex González en el mejor sueño de mi vida.

A simple vista, puede parecer una ecuación difícil de resolver, sin embargo, señoritas y buenos mozos, ya os digo yo que es tan fácil como sonreír e interesarte mínimamente por su vida. Con ese mero gesto, recuérdalo, querida simpática, estás liberando a Pandora de su minúscula cajita. Y no, me temo que no es a él a quien viene a acechar la primera mujer, en absoluto. Tú, inocente de ti, eres la diana para todos esos males, porque ahí empieza el fin de tu tranquilidad: abrumadores mensajes, insistencia inconmensurable, planes de futuro a media asta, quedadas que evitas como goles Iker Casillas y toda una retahíla de caritas besuconas (en todas sus versiones de RRSS) que te inundan las retinas y el hastío también.02-8

Pero no te interesa, claro que no. Lo supiste desde el primer momento, al menos no como pareja (y todas las vertientes que de esta hay), tal vez como amigo o compañero. Entonces, cuando divisas la boda a la vuelta de la esquina de tu casa, decides tomar cartas en el asunto: ser menos tú, porque claro, ¿no ves todos los problemas que te ha causado comportarte con normalidad? Así que dejas de lado la amabilidad y el buen rollo y pasas a ser borde (borde = no les ríes las gracias tan a menudo como ellos quisieran, no les contestas a los mensajes cuando ellos quisieran, no haces nada de lo que ellos quisieran). En ese momento, se les encienden las alarmas (casi puedo escuchar una voz en off gritando «peligro, peligro»).

Y aquí viene lo más gracioso, mis simpáticas, porque claro, ¿qué persona normal actuaría de este modo? Habéis mostrado un interés desmedido por ellos, habéis hecho que estén a vuestros pies las veinticuatro horas del día, con acoso, derribo y más construcción que en el gobierno de Aznar; sí, queridas, todo eso habéis hecho. Ahora, no obstante, os limpiáis las manos. Admitidlo, todo era una estratagema, desde el comienzo, para camelaros a los pobres y dolidos (en el orgullo y en otras partes) muchachos. No quiero decirlo, sin embargo, va a doler menos si os lo dice otra como vosotras: sois unas busconas. Somos unas busconas, unas calienta neuronas, prefiero yo, porque les obligamos a pensar, aunque, ¿quién les enseña a hacerlo? Porque hacerlo… You-suck-GIF

Menos mal que alguno se salva. ¿O eso solo era en el sueño con Álex González? Ya no lo sé. Sea como fuere, quiero disculparme públicamente con todos las víctimas de mi personalidad. Lo siento; siento mucho que entendáis lo que no es, pero me gusta demasiado reír y sonreír como para dejar de hacerlo por vuestras malas interpretaciones. Cuando os hacemos un cumplido, ya sea físico, ya intelectual, no tiene por qué significar más que eso. Os pongo un caso práctico:

Chica simpática: «Te sienta bien ese color».

Interpretaciones (escoja la que considere correcta).

  • Te sienta bien ese color.
  • Quiero acostarme contigo.

Respuesta correcta: (a)

Si ha escogido (b) vuelva a leer detenidamente el post. Hágalo en modo irónico esta vez. Si sigue escogiendo (b), repita el procedimiento tantas veces como sea necesario.81251-I-want-to-kiss-you-right-now-g-pdUe

Autor: @AnaMDRA