No paramos de repetiros que el 2016 será el año de las chicas con curvas, pero por cambiar un poco de tercio, hoy voy a contaros mi propia premonición: 2016 va a ser el año de Leonardo DiCaprio. Hace tan solo unos días veíamos cómo este actor recogía un Globo de oro a mejor actor protagonista en drama. (Bueno, y cómo se reía un poqui de Lady Gaga, que también se llevo su galardón). Pero a Dios pongo por testigo de que este año, por fin, le veremos recoger el Oscar.
Vamos a rebobinar un poquito.
Leonardo DiCaprio debutó en el cine con la película Critters 3, pero eso no nos interesa demasiado. Digamos que su cara comenzó a ser conocida cuando el mismísimo Robert de Niro lo eligió para protagonizar la película This Boy’s Life. El chico llamó la atención, y tan solo dos años después obtuvo el que sería el primer papel importante de su vida, haciendo de discapacitado mental en la película ¿A quién ama Gilber Grape? Con tan solo diecinueve años, DiCaprio conseguía su primera nominación al Oscar de la Academia.
La primera de muchas, ya sabéis. Podría decirse que si por algo es famoso Leonardo DiCaprio ahora mismo, sobre todo en Internet, es por la cantidad de memes que se han hecho sobre la extraña circunstancia de que los académicos estadounidenses se nieguen a otorgarle a Leo el galardón que tantas veces ha merecido, y se haya quedado el pobre con el título de eterno nominado.
Sus ojos conteniendo las lágrimas:
Sus compañeros premiados riéndose de él:
Sus pensamientos más oscuros:
El segundo exacto en el que rompen su corazón:
Y mi nuevo meme favorito:
Este último hace referencia a la nueva película de Leo, El renacido, por la que acaba de ganar el Globo de Oro y, seguramente, la que le traiga por fin el Oscar que tantos años lleva mereciendo. Sin embargo, viendo cómo están las cosas, a lo mejor se predice lo que este meme propone: que el oso de la película tenga más posibilidades de ganar que él mismo, como le ocurrió en su última nominación junto con Matthew McConaughey. Matthew se llevó el Oscar, un Oscar que todos sabíamos que era de Leo.
Leonardo DiCaprio ha demostrado una y mil veces y desde que era bastante joven que es un gran actor. Pero padece uno de los síndromes más complicados de compaginar con una buena carrera en el cine: el síndrome del guaperas. Cuando lo vimos en Romeo + Julieta, y sobre todo, después de Titanic, nos quedamos todas tan enamoradas de su preciosa carita que como para fijarse en si el niño lo hacía bien o lo hacía mal. Así que el pobre de Leo fue explotado durante unos años como ídolo adolescente dejando de lado su carrera artística.
Los que sabemos reconocer a un buen actor cuando lo vemos tenemos que estar eternamente agradecidos a Martin Scorsese, el director de cine que, primero, supo ver mejor que nadie el gran talento de Leo, y, segundo, lo supo explotar para sacar lo mejor de él.
He de confesar que a mí el BOOM! Leo DiCaprio me pilló en plena adolescencia y caí en la adoración a su cara bonita. Tenía posters y fotografías suyas por todas partes y seguramente llegué a fantasear con la idea de que fuéramos novios. Sin embargo, cuando se estrenó la película Gangs of New York, película que fui a ver en plan fan loca que solo quiere ver a su ídolo en la pantalla sin importarle todo lo demás, algo cambió en mí. Por primera vez en mi vida me di cuenta de que Leo era un buen actor y desde entonces comencé a mirarle con otros ojos. ¿Y si… este chico tan mono fuese algo más que una cara bonita? A partir de ese momento no me perdí ninguna de sus películas, y poco a poco fui convenciéndome todavía más de que este actor tenía mucha chicha que rascar.
Mi teoría sobre que Leonardo DiCaprio era el mejor actor de su generación se confirmó cuando vi El lobo de Wall Street. Nunca, jamás, en mi vida, había visto una interpretación como aquella. Y, por supuesto, le nominaron al Oscar a Mejor Actor (y con esta, más la que le acaba de caer, ya son cinco nominaciones las que ha tenido). Ese Oscar llevaba su nombre. Nadie, nunca, en la historia del cine, volvería a hacer jamás una interpretación como aquella. ¡Si no hubiera sido por el malnacido de McConaughey!
¿Y sabéis que pasó? Que la Academia, que es tan rancia, en el fondo, no podía premiar una actuación como aquella, por no premiar a un personaje como el que Leonardo DiCaprio había interpretado. Todos y cada uno de los académicos sabían quién merecía el Oscar realmente, simplemente no podían otorgarlo. Mucho mejor entregárselo a un actor que había adelgazado mazo para interpretar una conmovedora historia de lucha y superación y dejárselo a deber a Leo para la próxima.
¡Pues la próxima ya es esta! Y por fin Leo recibirá el premio que merece porque ahora es él quien interpreta a un hombre en una situación extrema de supervivencia. Evidentemente, su trabajo en El lobo de Wall Street fue mil veces mejor que lo que hemos visto en El renacido, pero es mucho más adecuado para la ranciedad hollywoodiense. Así que, amiguitas, preparen su mejor champán para brindar en la noche de los Oscars de 2016. ¡Este año vamos a celebrar el primer Oscar de Leo!
Regalo de despedida: si os encantaba Leo cuando era joven, aquí os dejo a su doble sueco.
