Cada vez que un catalán salga de Catalunya, escuchará uno de estos tópicos. ¿Quieres saber cómo los desmontamos?
- Los catalanes son unos agarraos. Como diría mi amiga Iratxe ‘por ahorraros os ahorráis palabras y usáis la misma para decir «adiós, diez y Dios» un poquito de variedad’. Es uno de los tópicos sobre catalanes más viejunis, en concreto del s. XIV y para resumir, los italianinis empezaron con el rollito por la llegada de los comerciantes y soldados catalanes a Cerdeña y Sicilia, y le siguió el resto de Spain (todo porque los catalanes éramos prestamistas y ya se sabe ‘usurero, rácano, avaro’…). Pero de esto hace ya unos cuantos siglos, nos hemos reformado y ahora vamos tirando el dinero e invitando a todo el mundo a cañas para que no se diga (aunque en nuestro interior lloremos por ese céntimo que no hemos recogido del suelo).
(Un catalán del s. XXI invitando a sus amigos a cañas en la Barceloneta.)
- Los catalanes no saben hablar castellano. Qué va, en realidad vivimos todos en Montserrat, con la Moreneta, comiendo calçots y bailando sardanas. Seguimos vistiendo de pubillas y hereus.
- Los catalanes no pueden vivir sin mar. Pues mira sí, ahí hay algo de razón. Vivir podemos vivir, no somos pescaos que mueren al salir del agua, pero nos gusta nuestro mar y nuestras playas. Nuestra costa y nuestras calas. Pero si nos tenemos que ir fuera nos llevamos un trocito de mar con nosotros (de todo lo que hemos tragado).
- Si un catalán defiende a Catalunya es indepe. ¿Sabéis qué pasa? Que tenemos una tierra TAN TAN TAN bonita que duele mucho cuando alguien dice cosas feas de ella. Por eso saltamos y la defendemos, pero una cosa es defender lo que uno ama y otra ser independentista. Got it?
- El castellano está prohibido en las escuelas. ¡Ay diosito! ¿Os imagináis? ¿Cómo me comunicaría? ¿Cómo iría a las entrevistas solo hablando catalán? Que no os engañen, aquí tenemos hasta chino mandarín.
- Los catalanes no ponen tapas. ¿Pero en qué quedamos? ¿Si somos agarrados cómo coño vamos a dar comida gratis?
- Los catalanes son unos secos con un baile tradicional para idiotas. A ver, más nos gustaría bailar bachata, pero nos ha tocado esto y lo bailamos a tope de bien dándonos la mano. Además, somos los genios de la rumba catalana.
(Catalanes envidiosos al ver cómo baila el resto del mundo)
- Los catalanes sois unos modernazos. ¿Qué culpa tenemos de ser unos visionarios? ¿Es casualidad que la gente más estilosa que conozco sea catalana? Sí, somos unos modernazos, y lo de hipster ya se nos ha quedado obsoleto. Nos gusta ir a la última y nos encanta creer que marcamos tendencia.
- Los catalanes no viajan para conocer, viajan para que se les conozca. Oye pues igual es verdad, que siempre que salimos hablamos maravillas de nuestra tierra, nuestra cultura y nuestra comida. Por si todavía alguien no se ha enterado que somos la pera.
- Solo comen y beben cosas catalanas. Lo dicho, y solo bailamos sardanas, y solo consumimos música catalana, y solo leemos periódicos catalanes y en la tele solo tenemos las autonómicas. ¡Venga hombre! Con lo que nos gusta un buen jamoncito de Huelva, un tinto de La Rioja, una empanada gallega, un pintxo de tortilla y una ensaimada mallorquina.
- Los catalanes no saben contar chistes. ¿Sabéis ese programa que os hace llorar? ¿Ese que comparten todos vuestros compis de curro? Pues está hecho por esos catalanes sin gracia. SURPRAIS! Somos los creadores del APM, ese programa con el que os meáis de la risa y el que os ha dado bromas para aburrir. No tenemos el arte de Chiquito de la Calzada pero teníamos (tenemos) al fucking Eugenio.
- No aguantan la fiesta ni la bebida. Es que esto es así, pero es que como los vascos y los mallorquines yo no he visto cosa igual en la vida, ¿eh? Ni madrileños ni extremeños ni gallegos, todos tenemos mucho que aprender de vascos e isleños, son los Stark de la península.
(Dos catalanes dándolo todo)
- Son muy cerrados. Más que cerrados somos del norte, a nosotros los amiguismos estos de conocerte y a los dos segundos invitarte a la boda, no nos van. Eso sí, una vez te abrimos las puertas de casa o de nuestro corazón, te quedas para siempre.
Plegamos a las 19h y nos vienen a picar a la puerta a las 21h. Sucamos el pan con tomate, pedimos bikinis de jamón en dulce torraditos, vestimos con tejanos y nos gustan las bambas. Preguntamos por la peli que hacen en el cine y cerramos la luz cuando nos vamos a dormir. Metemos las escopinyes en la carmanyola y nos vamos a pasar el día a comer calçots a Berga (que seguimos sin asociarlo a Pinga como lo hace mi amiga vasca). Llogamos locales sin hacer yoga, y nos cortamos el pelo en la perruqueria sin ser perros. Tenemos presentadores en todos los medios de comunicación, nuestros cocineros son TOP y nuestro estilo es de quitarse el sombrero.
Sí, seguramente muchos de los tópicos son ciertos y somos una comunidad llena de raros, pero somos unos raros cojonudos. Y nos amáis tontorrones, nos amáis mucho porque sin nosotros os aburriríais tela, os quedaríais sin el ‘va un catalán’ de los chistes y tendríais que empezar a buscar más tópicos de los pobres vascos o gallegos.
