No sé si se llama así o no, pero con una amiga después de divagar y divagar le decidimos llamar así. ‘Síndrome del culo sudado’.

Nos referimos con esto al momento en el que te levantas de una silla y suele haber una roncha de sudor donde estaba tu culo. ¡Si, voy a hablar de uno de los secretos del mundo no revelados! No pasa con todas las sillas ni todos los días, pero con las sillas de terracita es casi seguro que suceda y claro, depende de con quien estás el bochorno es de campeonato y parece que te has meado. Lo mejor es que el resto probablemente ni se fijen, pero el agobio te lo llevas igual, así es el ser humano.

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Las sillas de madera, plástico o cuero se llevan la palma y cuando voy a algún sitio y veo sillas de cualquiera de estos materiales ya visualizo cómo va a terminar aquello. El otro día lo hablaba con mis amigas y ellas me decían que esto nos sucede a casi todas pero sobre todo en verano ( yo creía que mis muslos y mis lorcitas tenían la patente)…

Y qué me decís de la depilación que sufren nuestros muslos cuando te levantas de las sillas y tú llevabas puestos shorts o faldita. Aquello es una fusión de muslo y silla que suele doler, pero una que es fuerte (o se lo hace), evita poner cara de dolor y aguanta en silencio esos segundos insoportables.

Es curioso que aunque esto sean cosas que nos pasan a casi todos, nos de vergüenza asumirlas y no suela hablarse sobre ellas. Todos sudamos, todos nos quedamos pegados a las sillas y NO PASA NADA. Dejemos de silenciar el síndrome del culo sudado como si de almorranas se atratase. El síndrome del culo sudado somos todos.

Mrs Thomas