El fin de año se acerca y como cada diciembre, escribo junto a mi carta a los reyes majos, mi lista de propósitos para el año que viene; que aunque sepa que la mitad no los voy a cumplir, queda muy bien eso de apuntarlos. “Intentarlo es lo que cuenta” me ha dicho siempre mi madre.

No os voy a aburrir con mi infinita y parcialmente incumplible lista de topicazos, pero os voy revelar uno que año tras año, me trae por el camino de la amargura: dejar de celebrar fiestas en casa. Aunque os suene raro, de entre todas mis propuestas, esa es la que más me cuesta aplicarme, más que nada, porque tengo una irremediable adicción a organizar saraos. ¿El problema? Que mi extremo nivel de autoexigencia con todo lo que hago, el poco tiempo del que dispongo, la mala leche que se me pone cuando me estreso y las ideas de “Anita la fantástica” que intento que salgan adelante, hacen que cada vez que organizo alguna, termine agotada, con mi tarjeta temblando, con la casa hecha un desastre y gritando a los cuatro vientos “La última vez que hago nada. ¡Lo juro!”. Mentira, siempre hay una próxima vez. En mi casa lo de los jolgorios es hereditario, lo mismo nos da un cumpleaños que Halloween que Navidad. Y si no hay fiestas de por medio, nos las inventamos y si son temáticas, mejor. El caso es que este año, he asumido que por mucho que intente ir contra mi naturaleza, me gusta organizar fiestas más que a la Preysler.

Así que para satisfacer mis instintos primarios sin morir en el intento, no me ha quedado más remedio que economizar y empezar a tirar más que nunca de DIY low costs. Aquí va mi propuesta para todos los atrevidos (o pringados según se mire) que este año os haya tocado organizar el folklore de Nochevieja en casa.

Como veis, con un poco de ingenio y mucha (muchísima) purpurina se pueden hacer cosas tan chulas como las botellas glittler, las guirnaldas de plumas o las pinzas para sujetar vuestros propósitos del próximo año. Otro icono fundamental del que no nos podemos olvidar, es de la figura del reloj, podéis utilizarlo como referencia principal, ya sea siguiendo las ideas de las fotos que os propongo o como bajoplatos, salvamanteles o cobertura de algún postre molón.