Tengo un problema con las casas en general. Podría pasarme horas en Idealista y Fotocasa cotilleando hogares que jamás me podré comprar o alquilar. Me divierte, me lo paso pipa. Pero es todavía más curiosa mi obsesión por las casas mini. Esos hogares casi siempre portátiles que por fuera pueden parecer hasta cuartuchos de baño pero por dentro están increíblemente bien decorados.

Creo que esta fijación me viene desde pequeña. Durante años pedí a mis padres una casita de estas de madera para poner en el jardín. Soñaba con meterle un colchón en el suelo, llenarla con todos mis juguetes y ser feliz. La casita de madera nunca llegó pero mi obsesión quedó ahí y mi amor por las casas prefabricadas solo creció con el tiempo.

Se ve que no soy la única loquer que siempre sintió debilidad por tener una casita en mitad de la nada en la que prácticamente solo cabes tú, y ahora en Pinterest comparto mi afición con otros cuantos enfermos del mundo. Todo esto gracias a los yankees, claro. Especialistas en casas prefabricadas y demás tendencias absurdas (pero maravillosas) que jamás llegan a España. Eligen un laguito mono, una montaña perdida, un bosque lejos del pueblo, y se plantan su mini choza ideal decorada de diseño. YO QUIERO.

Después de ver estos ejemplos no me digáis que no os entran ganas de apuntaros a la moda de las mini casas. Si queréis seguir cotilleando más maravillas, Tiny Houses Galore es una de las mejores páginas para hacerlo. Que, ¿habéis pensado ya dónde y cómo pondríais la vuestra? <3