En WeLoversize hemos hablado mucho de lo que es vivir de solanas y vivir en compañía, y parece que vivir solo/a lleva la delantera. Porque a ver, yo lo reconozco, pequeños placeres como andar en pelotas por casa o cantar a grito pelao en cualquier lugar y circunstancia son privilegios reservados a quienes no comparten vivienda. Peeeeeeeeero yo quiero hoy romper un palo de fregona a favor de las sutiles maravillas de compartir cueva con el/la nehandertal de tus sueños.

Por eso, hoy comparto mis 10 cosas favoritas de vivir en pareja:

1. El café. Sábados, domingos y fiestas de guardar yo me hago la dormida por las mañanas y espero callada como María Magdalena a que él se levante para que prepare el café. Sigo durmiendo hasta que el olor del café recién hecho me devuelve a la vida. Sólo me falta ir volando hasta la cocina cuan monigote Disney.

Oh, Dios...
Oh, Dios…

2. Las culpas. Da igual lo que se pudra, lo que se pierda o lo que se rompa: siempre puedes echarle la culpa al otro.

3. La ropa. A mí antes me costaba mucho delegar responsabilidades en otros. Desde que vivo con mi chico, me he convertido en una experta de pedir amorosamente las cosas que odio “Cari, me olvidé de sacar la ropa de la lavadora. ¿Podrías tender tú?”

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4. Los kilos.

– He engordado por tu culpa, que llenas el armario de porquerías.

– Pero, cari, si hace dos meses que no hago la compra.

– ¡POR TU CULPA!

5. Los masajes. Punto. Rascarse uno mismo la espalda no es ni la cuarta parte de placentero que te la rasque otra persona.

6. El papel higiénico. “¡¡¡¡CARIIIIIIIII!!!! Me acercas un rollo de papel, que no queda?” You know what I mean.

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7. El culo. Llamadme rara, pero a mí eso de tener un pandero disponible full time para darle un azote cuando me apetezca me pirra. Será que tengo una dominatrix dormida en mi interior.

8. Las zapatillas. Según un reciente estudio científico que he hecho yo en mi salón, las zapatillas que se pierden siempre son las tuyas. Tener por ahí otro par de zapatillas que robar es una de las cosas grandes de la vida en pareja. Ahora que lo pienso, quizá tus zapatillas no están perdidas, y lo que pasa es que las tiene el otro.

9. El calor. Aquí una es la señorita calenturas, pero por la noche me escarcho entera. Juraría que mis moquetes no están duros, sino congelados. Así que reptar bajo el edredón hasta pegar el culo y los pies en su espalda y pantorrillas respectivamente es, sin duda, una de mis cosas favoritas del mundo.

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Al calorín de la sobaca

Y, por último, pero no menos importante,

10. El amor, por supuesto. O el sexo, o el roce o el tocamiento o el frotis o como lo quieras llamar. ¿Qué puede haber más bonito que quererse cuando a dos les apetece?

 

Esto todo hoy, que estoy blandita. Otro día os cuento las 200 cosas que menos me gustan de vivir en pareja, empezando por cuando desaparece misteriosamente todo el jamón serrano…

 

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