La mayoría de la gente compra en mercadillos. Esto es tan cierto como que el agua moja y el fuego quema. Sí, lo digo en serio. ¿Acaso NUNCA has comprado nada en un mercadillo? ¿Ni siquiera unos calcetines? Pues no sabes lo que te pierdes.

Mentiría si dijera que es mi primera opción, o que toda mi ropa es de mercadillo. La gran mayoría de mi ropa es de tiendas, pero no porque prefiera la tienda al puesto en la calle, sino principalmente porque el día que puedo ir de compras no coincide con el del mercado.

¿No os pasa que os compráis un vestido súper cuqui, pongamos, a 20 euros, y después lo encuentras igual en el mercadillo por 12? Sí, esto es como el Día, si pagas más es porque quieres.

Porque bien es cierto que cateturas hay en todos lados, puedes dar con un puesto de esos que venden todo a 5 euros, (que más bien sería te doy 5 euros si te lo llevas) pero hay otros que no están nada mal, aunque hay que saber buscar. Te prometo que encontrarás muchas gangas.

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Ten en cuenta que la ropa de mercadillo a veces está peor tratada que en las tiendas, pues vas a encontrar con mayor facilidad enganchones en la tela y algunas un poco arrugadas o sucias. Pero si tienes buen ojo no tienes de qué preocuparte.

Lo bueno (o malo) que tienen, es que casi todos los puestos de ropa tienen las mismas prendas. Así que si en uno no te queda bien una talla o quieres otro color, puedes ir a otro y encontrarlo sin ningún problema. Además, hasta incluso puedes ahorrarte un par de eurillos de paso.

Una de las mejores cosas que tienen es que la ropa tiene un precio, sí, pero tú sabes que eso no es más que un valor orientativo. En un Zara tú vas y una chaqueta te puede costar un ojo de la cara (o dos), y puedes comprarla o admitir la derrota, pero en un mercadillo darse por vencida no es una opción. Si una chaqueta te parece cara, habla con la gitana, ella estará dispuesta a hacer negocios contigo.

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Otra de las ventajas es que puedes comprar casi cualquier cosa, es como un Carrefour, pero al aire libre. Desde naranjas, aceitunas y perrunillas hasta destornilladores (que no te digo yo que te vaya a durar mucho…pero oye, “pa un avíate”) O sea, que lo mismo te vas a comprar unos zapatos y te acabas comprando la discografía de Karina y el recambio del Ambi Pur.

¿Y qué me decís de la megafonía «a grito pelao»? Sabes que el que más grita es el rey del mambo, su puesto es como La Meca.

La ropa interior es caso aparte. ¿Que tengo bragas de mercadillo? Of course que sí. Lo que pasa es que intento no cogerlas tipo “Dolce&Banana”, “Avivas” o “Carlin Klain”. Una cosa es ahorrar, y otra muy diferente, ser cutre.

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Pero sin duda lo mejor del mercadillo es la publicidad.

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La calidad de algunas cosas es más que cuestionable, y no te recomiendo para nada comprar cosméticos (pintauñas que huelen a petróleo no, por favor). Pero qué quieres que te diga, me gusta la ropa que hay, y sobre todo su precio. Que total, para lo que duran las modas, más te vale ahorrar en tendencias, que lo mismo al mes que viene ya no se lleva y en estos casos “menos es más”.