Hoy, a raíz de la publicación sobre el comportamiento machista y homófobo de Hamilton, me ha llegado un maravilloso correo electrónico que, lejos de la verdadera intención del autor, no ha hecho más que demostrarme la falta que hacía el texto.

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A ver por donde empiezo, Ricardo. En primer lugar, yo intuyo que con 18 años te leíste un libro llamado “Teo va al psiquiatra” y así te sacaste el título. De lo contrario coméntame si ejerces en España para ponerme en contacto con el Colegio de Médicos.

Pues sí, los niños no nacen con valores ni saben diferenciar lo que es correcto o no a esas edades, y precisamente por eso es nuestro deber adoptar una postura respetuosa, tolerante y abierta.

Como tú has dicho, pienso que todos somos libres de ponernos lo que nos da la real gana, porque dicha conducta no coarta, limita o veja la libertad de los demás. Si un niño de 7 o 15 años, me da igual la edad, se pone un vestido, no hace daño a absolutamente nadie. Como mucho al frágil ego de los tíos como tú. Por el contrario, el comentario de Hamilton -como él ha expresado en su disculpa a posteriori-, atenta contra la libertad de expresión de un niño, fomenta los estereotipos y roles de género, y perpetúa los prejuicios machistas y homófobos que tú ya bien conoces.

Y mira, Ricardo, como parece que me conoces súper bien, te diré que si me encuentro a un señor de 40 años vestido de princesa por la calle, me quedo mirando, pero con admiración. Y ya puestos, voy a decirle que ole sus santos cojones por vestirse como le da la puta gana e ignorar los comentarios rancios y caspsosos de seres unineuronales como tú.

Me pides que te de una razón para que un adulto no intente educar a un niño de la forma que cree que es correcta, y a mí me parece que lo que tú entiendes por educar se asemeja más al término “adoctrinar”. De todos modos, te contesto; igual para ti es algo totalmente loable, pero para mí es vomitivo criar a un niño bajo una filosofía homófoba, machista e intolerante, porque el hecho de que unos padres crean que es “la forma correcta de educar” no les exime de estar coartando la libertad de distintos colectivos.

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Tu homofobia me da ganas de vomitar.

Claro que sí, campeón. Al margen de tu limitada capacidad sintáctica y obviando el hecho de que no eres quién para decidir lo que es normal o no, me da que has leído poquitos libros de psicología del desarrollo y de psicología de la sexualidad, ¿no? Seguramente los bonobos (que por si no lo sabes, son chimpancés más avanzados que tú en la escala evolutiva) se aparean con otros machos porque lo han visto en la tablet del guarda forestal. Y oye, que a lo mejor te sorprende, pero de todos mis conocidos homosexuales, ninguno ha “imitado” ni “heredado” su orientación sexual de sus padres. ¡Ojo! Pero todos mis conocidos homófobos, machistas e intolerantes, sí que se parecen «muy mucho» a quienes les han criado. Igual va a ser que la orientación sexual nace de dentro, y los prejuicios los imponen las personas. ¿Qué es lo antinatural?

También te diré que no sé en tu universidad, pero en la mía no nos adoctrinaron con prejuicios homófobos y radicales. Lo que sí que sé como psicóloga es que los profesionales como tú deberían o hacer un cursillo en empatía, o dedicarse a pintar las paredes de las cuevas de Altamira.

Pero no pasa nada Ricardo, porque tienes toda la pinta de ser uno de esos señores que de cara a la galería grita “maricones” a dos tíos que se abrazan, pero de puertas para dentro se marca un buen pajote mientras ve a dos tías enrollarse en Pornhub.

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Joder Ricardo, diagnosticarás de puta madre, pero escribir no es lo tuyo.

Vamos a ver… No sé cómo lo veréis en tu casa, en tu facultad y en tu hospital, pero para la gente con dos dedos de frente, mezclar “conductas destructivas” con la homosexualidad, tiene menos sentido que el mail que me has enviado, y ya es decir. Si para ti una persona LGTB es lo mismo que un psicópata o que una persona con patrones comportamentales destructivos, es que de verdad no has abierto un libro ni de psiquiatría ni de psicología en tu vida. Por cierto, ¿tú alguna vez has estado con un niño de 14 años que a base de insultos y humillaciones acaba provocando el suicidio de un compañero de clase?

Lo de “esa expresión femenina” me lo salto, porque huelo desde aquí el humo que echa tu cabeza.

Tú crees que me hace falta madurar, estudiar y leer muchos libros, y te doy la razón. No solo me hace falta, sino que quiero hacerlo. Quiero aprender, quiero conocer nuevas perspectivas, quiero comprender la mente de las personas, sean cuales sean sus circunstancias, para ayudarles desde el respeto. Te aconsejo lo mismo, aunque jamás encontrarás la empatía de la que careces en un libro.

Por último, te diré que el verdadero crimen aquí es poner a alguien como tú en una consulta, y no lo digo basándome en la superioridad a la que tú te aferras por tener un supuesto título de psiquiatría, sino en el sentido común que tanta falta te hace.

Saludos.

Autora: @ManriMandarina

Si el día de mañana os encontráis con un psiquiatra, psicólogo o un médico que os juzga y os veja por vuestros sentimientos, por vuestra identidad y por vuestra forma de ver la vida, tenéis todo el derecho del mundo a denunciarle en la institución pertinente. Que nadie os haga sentir culpables por querer a quien queréis, por sentiros como os sentís. Ni es algo anormal, ni es algo malo.