Va Rihanna y sale de portada en la edición de septiembre de Vogue UK. Y nos alegramos un montón porque es la primera mujer negra en protagonizar uno de los september issues de la edición británica. Pero es que casi nos caemos de la silla al verla con dos líneas por ceja.

Está guapísima, deslumbrante, como siempre. Pero resulta que se ha plantado unas cejas ultrafinas, de esas que llevaban las señoras muy mayores pintadas, de esas que te dicen, «es que cuando era jovencita, se llevaba quitarse toda la ceja». Pues de esas. Que suelen ser unas señoras fantásticas, todo sea dicho. Pero esas cejas. Nos negamos.

Cuando pensábamos que el revival de los 90 y 2000 no podría llegar más lejos con el comeback de los chándals de corchete, vemos horrorizadas como desde las revistas de tendencias nos hacen recordar esas fotos que teníamos olvidades en discos duros y álbumes de fotos titulados ViaJe a GanDía juNio 2003. Junto con los collares de bolas y las camisetas de nadadora, ahí estaban: nuestras cejas sometidas a la dictadura de la pinza.

Porque claro, es muy guay ver a Rihanna con su look sin cejas creado por la maquilladora Isamaya Ffrench para Fenty Beauty, su marca de belleza. Pero no todas tenemos en casa a una señora maquilladora lista para dejarnos unas cejas molonas. Lo que casi todas hicimos en los años de la infamia cejil, fue volvernos locas hasta casi quedarnos sin ceja. Un poco de aquí, un poco de allá, de aquí ya no puedo más porque no queda ceja. Que no es tontería, que las cejas son una de las partes de la cara que más expresividad nos dan, sobre todo a aquellas que saben moverlas locamente.

A consecuencia de aquellos años antipelo, estuvimos una época con unas cejas que daban pena intentando volver a su estado natural.  Muchas no lo consiguieron y se quedaron casi calvas de ceja, pero las marcas de belleza se pusieron las pilas y nos han dado todo tipo de productos. Vale, hasta llegar casi al otro extremo, pero ¿Y lo cómodas que estamos ahora llevándolas naturales? Ya sea rellenándolas o no, pero mucho más cerca de su estado normal, más que cuando nos aterrorizaba ver un pelo fuera de lugar. Y así, nos está pasando un poco con todos los pelos del cuerpo, que los queremos y ya no nos asustan tanto.

Así que no RiRi, te amamos, pero queremos seguir llevando nuestras cejas bien hermosas y pobladas.